capitulo 25

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DAMON

El llamado se corta justo cuando ingreso a la calle correcta. Ahora solo tengo que dar con el número. Acelero los pasos, empiezo a correr.

Busco entre la hilera de casas similares, algunas de aspectos más cuidados y prolijas, otras completamente desfavorecidas. Estas últimas, resultan ser un obstáculo, porque ni siquiera tienen los números o algunos faltan, por lo que me dificulta hallar las cifras indicadas.

El desgarrador alarido que oí como una última palabra a través del teléfono, no deja de resonar en mi cabeza. El sonido aturde. Es desesperante y torturador. Pero me he dicho a mí mismo, casi como una orden inamovible, que debo preservar la calma.

La mano tiembla, mientras vuelvo a encender el teléfono para alertar a la policía, al mismo tiempo, continúo buscando el domicilio.

Tampoco olvido que Tyler dijo algo aterrador <<Killian quiere lastimar a tus hijos>>. Si antes creía haber vivido en carne propia una pesadilla, me equivocaba. No conozco nada más aterrador que oír la palabra Killian y mis hijos en una sola oración.

Porque no puede tratarse de otra persona, sé muy bien quién es y no logro comprender que está haciendo aquí. ¿Acaso no es suficiente con todo el daño que hizo en el pasado?

Mantengo la lucidez cuando recuerdo que Ethan y Emma están resguardados en una institución donde las únicas personas que tienen permiso para retirarlos somos Keira y yo. Nadie más. Probablemente estén dibujando con lápices de colores, jugando en el parque o bailando canciones infantiles. Viviendo en su mundo de niños. Un mundo que nadie se atrevería a destrozar porque para eso deberían pasar sobre mi cadáver y créanme cuando digo, que no se lo haría nada fácil.

Acabo de alertar a la policía, cuando diviso el Ford Mustang negro estacionado a la orilla de una acera, frente a una casa de aspecto descuidado. Es la indicada.

No puedo quedarme esperando ahí fuera, sabiendo que existe la posibilidad de que quizá están dañando a Tyler. Así que me acerco hasta la puerta, intento aproximar el oído para comprobar que está pasando, pero en cuanto apoyo el cuerpo, la puerta se abre, mostrando que no tenía seguro.

Y lo primero que veo al ingresar, es a Killian acorralando a Tyler contra la pared, con las manos alrededor del cuello, ahogándolo. Es una ironía. Tiene que ser una broma de mal gusto. La escena me transporta directo al pasado, sé exactamente lo que se siente que un adulto disponga de su fuerza superior para maltratarte, sé exactamente cómo se siente que aquel hombre lo haga.

¿Debería esperar a la policía? Quizá. ¿La sangre que corre por mis venas está ardiendo y un impulso de furia está apropiándose de mí? Sí. Y entonces, ni siquiera tengo tiempo a ser sensato.

—Eres un maldito psicópata— le digo, tras contemplar la mirada de auxilio que Tyler me dirige y luego, percibo las ganas de huir que tiene el mayor.

No se lo permito, porque antes, me arrojo sobre él utilizando toda la fuerza física que tengo para derribarlo. Ya no soy un adolescente indefenso que no sabía defenderse, ya no soy aquella persona débil que creía merecer los maltratos.

Soy Damon Montclair y no permitiré que este hijo de puta le arruine la vida a alguien más.

Durante el corto tiempo que permanecemos sobre el suelo, Killian consigue proporcionarme un par de golpes, luchando por sacarme de encima, pero no lo consigue. Esta vez soy el más fuerte.

—¿Te crees superior por meterte con niños, eh? —ahora mi mano está alrededor de su cuello, ahora soy yo el que está ejerciendo presión hasta ahogarlo—. Eres un pedazo de mierda y un maldito cobarde. Podría matarte ahora mismo, ¿sabes? Pero será aún mejor ver cómo te meten en prisión por el resto de tu vida —digo y entonces lo suelto, al darme cuenta que lo dejé lo suficientemente aturdido. Si quisiera, podría darle una paliza y enviarlo directo al hospital, pero sería una equivocada elección seguir ensuciando mis manos. En este momento, debo ocuparme de quien realmente me preocupa.

Dulce venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora