capitulo 29

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DAMON

—Parece que se están divirtiendo mucho —dice Keira, observando a través de la ventanilla de la cocina, como los niños juegan baloncesto con Tyler en el patio.

La rubia, que acaba de concluir su jornada de trabajo, luce una sonrisa amplia que contagiaría alegría a cualquiera. Siempre dijo que pretendía formar una familia grande y es evidente su felicidad, lo estamos logrando y a pesar de todo, lo que inventamos funciona.

—Sí, llevan como una hora ahí fuera. Están encantados con él y creo que es porque no sabe decirles que no.

—Lo adoran. Míralos, es como si lo conocieran desde siempre —menciona y al mismo tiempo, la observo voltear hacia su bolso y sacar un gran sobre de papel—. Por cierto, traje los resultados —los deja sobre la mesa, esperando que yo decida el próximo paso.

Coincidimos que sería una buena idea chequearlos en casa. Tyler ya ha tenido suficiente, pasando dos días en el hospital, yendo a declarar a la policía y asistiendo a las terapias.

—¿Qué dicen? —pregunto, aún alejado del sobre.

—No tengo la menor idea. Será mejor que lo vean juntos —sugiere y asiento, tiene razón.

—Sí, pero también quédate —resoplo—. Es mucha presión.

—Sabes que no voy a moverme de tu lado —asegura y le sonrío con suavidad, hasta que me aproximo a dejar un beso sobre sus labios, beso que recibe gustosa—. Ve por él —alienta, recordando que no me debo paralizar ante situaciones decisivas.

Emma se queja ruidosa cuando pido a Tyler que entre, Ethan también está disgustado, solo que lo demuestra mediante su expresión y frunce el ceño, no soporta que el juego deba suspenderse por un momento.

Sin embargo, continúan jugando entre ellos y Tyler, sigue mis pasos hacia el interior. Hago saber que el resultado está listo y nos sentamos alrededor de la mesa, uno al lado del otro y Keira, en la punta.

—Bueno. Aquí voy... —un leve temblor en mis manos ocasiona que el papel se tambalee mientras lo saco del sobre y cuando intento leer, observo un montón de porcentajes y palabras. Supongo que debo llegar hasta el final, pero no soy capaz. La necesidad de saber la verdad hace que los datos se mezclen ante mis ojos.

—Será mejor que lo leas tú —se lo extiendo a la rubia, que de inmediato comprende y se apropia del papel. Tyler simplemente observa los movimientos, echándose el cabello hacia atrás con la mano libre—. ¿Y? ¿Qué dio? —pregunto, impaciente. Esto se asimila al día en que averiguamos que estábamos esperando bebés.

Impaciente. Siempre impaciente. Mientras que Keira, nunca pierde la sensación de tener todo bajo control.

—Dame un momento —pronuncia comprensiva, me conoce demasiado bien y sabe que la ansiedad me está matando.

Tyler es todo lo contrario, permanece calmo y armado de paciencia.

—Lo tengo —da la impresión de que lo descubrió—. Básicamente sí, son hermanos. Comparten la misma madre —explica sintetizando en simples palabras el vocabulario extenso en el papel—. Felicitaciones, chicos.

A pesar de que estaba seguro de lo que mostraría el resultado, continúo anonadado porque ahora todo indica que acerté, mi madre tuvo un hijo con Killian y lo ocultó hasta el último día. La misma duda vuelve a surgir: ¿Cómo no lo noté? Y es ahí cuando regreso a viejas épocas, un pasado turbulento repleto de hechos que preferiría olvidar, pero sé que, si lo hiciera, no sería la persona que soy hoy y la verdad, me agrada en lo que me convertí.

Dulce venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora