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❝No importa cuantos días, meses o años pasen, ni cuanto el mundo y las personas cambien, hay cosas que el corazón simplemente se niega a olvidar.
JiMin lo sabía a la perfección.
Él había planeado una vida junto a la persona que amaba, sin embar...
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Pensar que lo tenía todo pero lo perdió por una estupidez.
Una pareja a quien amaba y quien lo amaba tanto o más que él, JiMin era su todo y lo dejó ir.
Se sentía tan miserable, tenía un buen trabajo una enorme casa, un precioso hijo pero un inmenso vacío en su corazón, que aunque amará a su hijo no lo podría comparar con el amor de una pareja, alguien que escuchaba tus temores, tus sueños y estaba ahí para impulsarte o para ponerte de vuelta los pies sobre la tierra.
Lo había tenido, lo tuvo entre sus brazos y lo soltó cuando debió haberlo sostenido más fuerte y amarlo.
—¿Me prometes que te quedarás conmigo siempre?
—Te lo prometo Minnie, no voy a dejarte.
La sonrisa más bonita que sus ojos habían visto iluminó la sala de espera en aquel hospital.
—Estas brillando.
—Estoy muy emocionado, si las cosas salen bien... ¡Yoon al fin podríamos lograrlo!
—Lo sé, pero no quiero que nos hagamos falsas ilusiones ¿de acuerdo? Todo puede suceder.
—Si, tienes razón. Pero el médico dijo que es una de las mejores opciones y de los procedimientos más eficaces, podemos lograrlo estoy seguro.
—Lamento ser un poco negativo.
—No te preocupes, si nada resulta... Todavía podríamos adoptar.
—Es cierto, seremos padres ya veras.
Unieron sus labios en un suave beso que transmitía todas las esperanzas y anhelos que tenían.
La fecundación in vitro era su nueva esperanza, el médico que los estaba atendiendo les había recomendado iniciar cuanto antes, ese mismo día comenzarían con el tratamiento para llevar a cabo el proceso, si todo salía bien en un par de semanas podrían saber si había funcionado.
La puerta del consultorio se abrió y el doctor Do ShanHo los llamó.
—Señores Min, pasen por favor.
YoonGi tomó el último trago de su whisky, no acostumbraba a beber, hacía años que lo había dejado, pero en ese momento simplemente quería olvidarse de su constante dolor emocional.
Sin embargo no le había servido de para nada, solo había conseguido sumergirse en viejos recuerdos que lo torturaban mientras dormía.
Fijo su vista en el reloj y limpiándose las lágrimas que había estado soltando en silencio, se puso de pie y salió de su oficina, debía ir por su pequeño hijo al jardín de niños, se había comprometido a ir, quería poder pasar más tiempo con Kook, la mejor noticia era que también podría ver a JiMin ahí, aunque fuese desde la distancia.
