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❝No importa cuantos días, meses o años pasen, ni cuanto el mundo y las personas cambien, hay cosas que el corazón simplemente se niega a olvidar.
JiMin lo sabía a la perfección.
Él había planeado una vida junto a la persona que amaba, sin embar...
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Hacía tantos años que no tenía esos labios sobre los suyos que tenerlos de nuevo ahí, presionándose sobre los de él en un beso forzado removió viejos sentimientos y recuerdos guardados.
Sin embargo... Ninguno era bueno.
Todos los gritos, las caricias forzadas, los besos bruscos y el horrible dolor físico y emocional que había experimentado años atrás regresaron a su mente de un sólo golpe, no le gustaba, no le gustaba en absoluto.
Sus piernas temblaron, pero no pudo identificar si era por tantas emociones juntas o quizá... Por miedo.
Reuniendo las fuerzas de donde pudo sacar, empujó fuertemente a YoonGi para alejarlo, haciendo que chocará con algunas ollas y cucharas que colgaban en la pared.
—¡No te me acerques de nuevo!
—JiMinnie...
—¡Vete largate de aquí!
YoonGi trató de acercarse una vez más pero JiMin retrocedió lo más que pudo y tomó una cuchara de madera en sus manos para amenazarlo .
—¡Vete!
—Por favor, no hagas esto.
—No, tú no hagas esto, vete de aquí ¡largo!
—No, sólo escúchame un momento por favor.
—¿No entiendes? No quiero oírte.
Min dio dos pasos más y la cuchara de madera voló sobre su cabeza, logró esquivarla por escasos milímetros de distancia al agacharse un poco, cuando se quiso acercar de nuevo, esta vez era un sartén lo que estaba entre las manos de JiMin.
—Minnie deja eso, hablemos.
—¡No quiero! ¡No quiero verte no quiero que estés aquí!
Estaba alterado, demasiadas emociones en un solo momento habían descontrolado sus nervios, sus manos y sus piernas temblaban, la presencia de YoonGi lo alteraba de sobremanera.
El rubio siguió intentando acercarse y los gritos de JiMin no se hicieron esperar, no sabia cuanto tiempo estuvieron en esa situación pero cuando Min se había decidido por avanzar de frente hasta llegar a JiMin sin importar que, la puerta de la cocina se abrió una vez más.
—¿Qué pasa aquí? ¿Quién eres tú?
Un hombre alto y de rostro extrañamente serio a quien YoonGi reconocía como el guardia de seguridad en el jardín de niños era la persona que había llegado.
—¿JiMinnie?
El pelirosa estaba en la esquina de la cocina, mantenía una postura tensa con ambos brazos al frente sosteniendo el sartén como si fuese un arma.
