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❝No importa cuantos días, meses o años pasen, ni cuanto el mundo y las personas cambien, hay cosas que el corazón simplemente se niega a olvidar.
JiMin lo sabía a la perfección.
Él había planeado una vida junto a la persona que amaba, sin embar...
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Un mes y una semana había pasado en el hospital, la estadía fue tan lenta y tortuosa que casi se arrancaba las uñas con los dientes, por fortuna su buen amigo y doctor le había permitido las visitas de su pequeño angelito aunque eso no quitaba el hecho de lo horrible que había sido permanecer separado de él y no poder abrazarle todas las noches.
Y por fin a una semana y media de libertad había tomado la decisión tan importante que le estuvo quitando el sueño durante días, debía de ser fuerte.
Tenia miedo, estaba considerablemente nervioso sin embargo ahí estaba; siguiendo las recomendaciones de de su psicóloga ahora que se sentía lo suficientemente preparado para enfrentarse a la situación que era su vida actual.
Sus manos aún temblaban ligeramente de solo pensar en lo que podría pasar pero sabía que necesitaba dar ese paso importante, no simplemente por él si no también por su hijo.
La campanilla de la cafetería sonó anunciando la llegada de aquella persona que aún provocaba estragos en su ser.
Respiró profundo cuando ve la silla correrse un poco y como el hombre alto se sienta frente a él, no se siente muy tranquilo pero se considera estable, es necesario y lo sabe por lo que continúa con esa reunión que él mismo organizo y le llamó para que fuese.
—Hola... ¿Como estás?
Entiende que es una pregunta por cortesía para dar paso a la verdadera conversación que es de importancia, sin embargo no puede evitar el ácido que se genera en su boca y el desagrado que esa simple pregunta le provoca, la siente burlesca aunque el tono utilizado no fuese ni por asomo parecido.
—¿Qué quieres que te diga?
—Yo umh... No lo sé, fuiste tú quien me llamó.
—Necesitamos aclarar algunas cosas, sobre mi hijo. Ahora que lo sabes supongo que ya nada puedo hacer para evitar que lo sigas viendo.
—TaeHyung es mi hijo.
—Créeme que lo sé. Es por eso que debemos aclarar y acordar algunas cosas. TaeHyung es un niño inocente, no sabe nada sobre su otro padre, no puedes llegar y soltarle que eres tú simplemente así.
—Lo sé y lo entiendo perfectamente, he tratado de pasar un poco de tiempo con él, ganarme su confianza y su cariño poco a poco.
—¿Te has visto con él?
—Si, algunas veces salimos a dar un paseo y los llevo a comer helado.
JiMin frunció notablemente el ceño ante esa declaración pues él no estaba enterado de nada.
—No pienses mal, cuando digo los llevo me refiero a que JungKook también viene con Tae y conmigo, espero que eso no sea un inconveniente.
