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❝No importa cuantos días, meses o años pasen, ni cuanto el mundo y las personas cambien, hay cosas que el corazón simplemente se niega a olvidar.
JiMin lo sabía a la perfección.
Él había planeado una vida junto a la persona que amaba, sin embar...
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Apretó sus labios soportando el dolor en su mejilla y su cabeza mientras se empeñaba en esquivar tanto como le fuese posible los golpes que el sujeto frente a él trataba de acertar en su contra, no sabia con exactitud cuanto tiempo había pasado pero apenas y lograba evadir los golpes casi literalmente huyendo por el lugar.
JiMin jamás había estado tan agradecido por haber estudiado artes marciales pues le había permitido bloquear y atacar mínimamente a su agresor, Do le gritaba desde una esquina al hombre cubierto por una máscara un sin fin de insultos pues al parecer no contaba con que el pelirosa pudiera defenderse tan bien de los ataques.
Decidido a que ese inconveniente no arruinaría sus planes, sostuvo un bate de béisbol y se acerco rápidamente por detrás para darle un duro golpe en la espalda a JiMin sin ningún tipo de remordimiento haciéndolo caer de frente al suelo jadeando de dolor.
—Eres una maldita perra. Pero me voy a encargar de deshacerme de ti. Y tú inútil ve por los mocosos.
El hombre que incluso parecía un poco sorprendido por el repentino ataque de Woon dejó el lugar rápidamente perdiéndose tras la puerta que daba al mirador.
—P-por favor basta...
Sin un solo ápice de lastima giro a JiMin de una patada en las costillas quien trataba con gran esfuerzo ponerse de pie, Do no se detuvo y colocó su pie sobre el vientre ajeno presionando con fuerza hasta hacerlo gritar.
—¡D-detente por favor!
—¡Te odio maldito seas Park JiMin!
Woon se subió encima de JiMin llevando de inmediato una de sus manos hasta el cuello del pelirosa disfrutando de ver como batallaba por aflojar el agarré que rasguñaba su cuello. Do estaba cegado por la ira no media las consecuencias que sus actos traerían para él solo se enfocaba en lastimar tanto como fuese posible a la persona que él consideraba su enemigo en todo sentido.
—Voy a matarte con mis propias manos y no sabes cuanto lo voy a disfrutar. Pero antes... Nos vamos a divertir.
Do soltó el cuello de JiMin y aprovechándose de la debilidad contraria que había provocado la falta de oxígeno sujeto firme ambos lados de la camisa contraria rasgándola haciendo que los botones saltarán en todas las direcciones.
JiMin intentaba cubrirse y alejarlo tanto como le fuese posible pero el incesante dolor en su espalda junto al de su cabeza lo estaban llevando al borde de la inconsciencia. Sentía que iba a morir si alguien no llegaba pronto porque estaba seguro de que Do no se detendría jamás por mucho que le rogara.
Tenia tanto miedo que fue prácticamente imposible evitar las lágrimas que se deslizaban de sus ojos, levanto su brazo en un intento por empujar al mayor pero su fuerza era tan mínima para esos instantes que solo provocó la burla del contrario.
