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❝No importa cuantos días, meses o años pasen, ni cuanto el mundo y las personas cambien, hay cosas que el corazón simplemente se niega a olvidar.
JiMin lo sabía a la perfección.
Él había planeado una vida junto a la persona que amaba, sin embar...
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The little seed contaba con una gran variedad de diferentes pastelillos, algunos más dulces que otros, congelados y horneados, además de tener a su disposición una extensa lista de distintos tipos de café que el lugar se podía permitir preparar.
Sin embargo a lista de pedidos diarios, se habían incluido, dos pastelillos de luna y un café amargo con crema fría.
Todos a la misma hora y por el mismo cliente quien pedía ser atendido por el chico con voz suave.
YoonGi incluso había hecho que JiMin recitara para él todo el menú del lugar, preguntando por precios y que ingredientes llevaban, aunque nunca pedía más de un café y unos cuantos dulces.
A JiMin no podía irritarle más, Gi, como se había hecho llamar ese repentino cliente, había ocasiones en que estaba ocupado y Jin llegaba a la cocina diciendo..
"El señor Gi quiere hablar específicamente contigo Minnie"
Todo bajo la tonta excusa de...
"Prefiero comunicarme con el dueño del lugar, gracias"
Bien, probablemente fuese su error decirle que él era el dueño, pero en su defensa fue para promocionar su negocio, si hubiese sabido que el tipo se iba a poner así de irritante le habría dicho que el solamente lavaba los platos.
Iban a dar la una treinta de la tarde, ya no debería tardar mucho en llamar.
Y ahí estaba, el sonido del teléfono en una hora puntual diaria, las doce del medio día con veinticinco minutos, SeokJin debería aparecer por la puerta en...
—Minnie, tu cliente especial está al teléfono.
—¿No podrías decirle que estoy algo ocupado? No quiero recibir la llamada.
—¿Te molesta o algo así?
—No exactamente, pero literal debo decir todo el menú solamente para que al final termine pidiendo el mismo café capuchino y los mismos pasteles de luna.
—Bueno, la vez pasada pidió mochis, vamos Minnie una venta es una venta.
—Si, si. Ya voy.
JiMin camino de mala gana hasta el muro en donde el teléfono fijo estaba puesto, suspiro y tomó el aparato repitiendo mentalmente lo que diría.
—Muy buenas tardes señor Gi. ¿En que le puedo atender esta vez?
—Buenas tardes JiMin, verás me preguntaba si podrías...
—Señor Gi, no quiero sonar mal educado pero si sólo va a ordenar lo mismo de siempre le agradecería su comprensión al no pedirme información acerca de cada postre que vendemos, como usted sabrá, hay muchos otros clientes esperando por ser atendidos.
