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❝No importa cuantos días, meses o años pasen, ni cuanto el mundo y las personas cambien, hay cosas que el corazón simplemente se niega a olvidar.
JiMin lo sabía a la perfección.
Él había planeado una vida junto a la persona que amaba, sin embar...
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Alrededor de cinco horas después dos pequeñitos iban entrando de regreso a la cafetería con bolsas de dulces y juguetes en sus manitas, dejaron sus nuevas adquisiciones sobre una de las mesas y fueron directo a la cocina después de ser llenados de besitos por parte de SeokJin.
—¡Papi ya venimos!
—¡Venimos!
JiMin termino de cerrar el horno en donde estaba colocando los recientes pastelillos que había hecho y detuvo a ambos niños antes de que sus curiosas manitas fuesen a parar en las galletas sobre la bandeja caliente.
—A ver bebés ¿qué les he dicho sobre corretear en la cocina?
Ambos bajaron la mirada jugando con sus manitos mientras sus labios se volvían un pucherito adorable.
—Qué es peligroso.
—Exacto Kookie, aquí hay muchas cosas con las que podrían lastimarse, por eso deben tener cuidado. ¿Cómo les fue? ¿Se divirtieron mucho?
En segundos las risitas y ojitos brillosos volvieron a aparecer, los dos infantes respondieron con emoción contando lo bien que se la habían pasado.
—¡Si! El señor miau se subió con nosotros a un camión grandote y fuimos de paseo.
—Y comimos muchísimo, nos compró hamburguesas y pizzas y mucha lechita de sabores.
—Wooah ¿de verdad?
—¡Si! Papá nos dejó jugar en su oficina también.
—Papi papi ahí estaba el tío NamJoon.
—Si cielo, el tío Nam trabaja ahí.
El pelirosa sostuvo a cada uno de la mano y juntos caminaron fuera de la cocina al área de las mesas. Era bastante tarde por lo que la cafetería no estaba demasiado llena y el personal podía hacerse cargo de los clientes sin su presencia durante algunos minutos.
En una de las mesas más alejadas de la entrada JiMin pudo observar como detrás de las múltiples bolsas que seguramente eran regalos para los niños, se encontraba YoonGi hablando por teléfono con el ceño fruncido, parecía bastante molesto y algo preocupado quizá.
A pasó lento con ambos niños dando saltitos a cada lado decidió acercarse apenas lo vio colgar el teléfono y dejarse caer sobre el respaldo de la silla poniendo su antebrazo sobre sus ojos.
—¿Te encuentras bien?
Ajenos a lo que estaba pasando los niños fueron directamente a las golosinas sobre la mesa.
—¿Ah? Hola JiMin.
—Hola, disculpa la indiscreción es solo que te ves realmente preocupado.
