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❝No importa cuantos días, meses o años pasen, ni cuanto el mundo y las personas cambien, hay cosas que el corazón simplemente se niega a olvidar.
JiMin lo sabía a la perfección.
Él había planeado una vida junto a la persona que amaba, sin embar...
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—¿Pero que puedo hacer? No tengo suficientes pruebas, ni siquiera tengo idea de quien pudo haber enviado algo así como para poder poner una denuncia.
—Lo sé pero es una situación delicada, alguien los estuvo siguiendo y no sabemos con que intención lo hizo o si lo sigue haciendo. ¿No has pensado en alguna posibilidad de quien pueda ser?
—Lo hice, pero simplemente no se ocurre nadie, no tengo problemas con alguna persona. Y no creo que la señora de las tartas sea la responsable.
La señora de las tartas era una clienta que acosaba a JiMin para que tuviese una cita con su hijo, TaeMin quien era hijo de la señora Lee ya había tenido que ir en más de una ocasión a pedir disculpas por el comportamiento de su madre.
—Eso sería una verdadera locura. ¿No has pensado en...? Bueno tu sabes.
—¿YoonGi?
Jin asintió sin despegar la vista de la carretera, iba conduciendo y lo que menos quería era tener un accidente en las calles resbaladizas por la lluvia.
—Si, bueno dijiste que había insistido en verte, podría ser una opción.
—Pero no encaja mucho, las fotos son de semanas antes de que nos viéramos.
—Él había estado llamando a la pastelería ¿recuerdas?
—Si... Jin estoy asustado ¿y si realmente es él? ¿Y si sabe sobre mi bebé?
—Pienso que de ser así, te lo habría dicho ese día en la cocina cuando fue a verte.
JiMin no respondió solo asintió vagamente, suspiro profundo y dejó caer su cabeza sobre el respaldo del asiento de copiloto en el auto de SeokJin.
—Creo que voy a enloquecer si esto continúa así, me estoy volviendo paranoico.
—Te he dicho que puedes venir con nosotros.
—Lo sé pero sería incómodo, ahora que estás viviendo oficialmente con NamJoon necesitan privacidad.
—Es lo de menos ahora, estamos preocupados por ti y por TaeHyung, HoSeok también lo está.
—Agradezco su preocupación pero estamos bien, han pasado más de tres semanas y todo está tranquilo desde entonces.
—Eres tan necio. Le diré a HoSeok que se de una vuelta por tu departamento.
—Pero no es necesario.
—No te estoy preguntando, te estoy avisando.
JiMin negó con una sonrisa y bajo del auto para ir a abrir la puerta trasera y sacar de ahí a un dormido TaeHyung que se aferraba a un peluche en forma de tigre, su nueva adquisición por parte de HoSeok cuando estuvo en el hospital.
