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❝No importa cuantos días, meses o años pasen, ni cuanto el mundo y las personas cambien, hay cosas que el corazón simplemente se niega a olvidar.
JiMin lo sabía a la perfección.
Él había planeado una vida junto a la persona que amaba, sin embar...
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—¿Estas seguro?
—Que si hombre, anda ya que se te hará tarde.
—¿Cien por ciento seguro?
—Que si.
—¿Completamente...
—¡Que si joder sube al maldito auto o te iras caminando!
YoonGi puso una expresión llena de indignación y de inmediato replicó.
—JiMin los niños te escuchan, ese vocabulario no es adecuado para ellos.
—¿Quieres que te lleve si o no? Porque ya me estoy arrepintiendo de ofrecerme a esto.
—De acuerdo no te enojes, tus mejillas explotarán si sigues así.
—¡Min YoonGi!
—Tranquilo, tranquilo ya entendí. Me subiré al auto.
El rubio termino por abrir la puerta y tomar asiento al interior del auto escuchando las risitas divertidas de ambos menores quienes parecían disfrutar con toda la cómica situación.
JiMin rodó los ojos en cuanto su mirada conecto con la del mayor, sabía que lo estaba haciendo a propósito pero aún así de alguna manera siempre lograba sacarlo de su zona tranquila y hacer aparecer aquella faceta enfadada que se empeñaba en mantener bajo control.
YoonGi amaba molestar a JiMin con pequeñas cosas, era gracioso y adorable el ver como sus mejillas iban tomando más color a medida que su paciencia se iba perdiendo, era curioso porque JungKook se le parecía bastante en esa forma, muy por el contrario de TaeHyung quien cuando se molestaba prefería quedarse quieto y en silencio lanzando miradas que podrían atravesar tu alma, justo como él también lo hacía.
Era como si cada uno... No definitivamente no, esas eran ridiculeces.
Sacudió su cabeza dejando de lado sus extraños pensamientos, giro la vista para enfocarla en un molesto JiMin que conducía totalmente serio con la mirada al frente y el ceño fruncido.
—Te volverás viejo mas rápido si sigues frunciendo el ceño así.
—No creo volverme más viejo que tú.
—Auch, eso fue un golpe bajo.
—Te patearia más abajo si no tuviese los pies ocupados.
YoonGi lo miro fijamente durante un par de segundos y luego se echo a reír como si le hubiesen contado un grandioso chiste. El pelirosa aprovecho la luz roja del semaforo para girarse y acertar un ligero golpe en el hombro del mayor.
—¡Yah! No me estoy burlando... Tanto.
Los niños que hasta ese momento habían estado entretenidos mirando caricaturas en la tableta portátil también se unieron a la conversación haciendo que el viaje al aeropuerto se volviera mucho mas corto y agradable.
