4.- Un sándwich Winchester

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El día de trabajo en la Supernatural Con transcurre según lo planificado y yo sigo sirviendo bebidas al personal de la productora. En un momento de la tarde se acerca el mismísimo rey del infierno a pedirme una pinta de cerveza. Tengo que hacer un esfuerzo enorme para recordar el nombre del actor para evitar llamarle Crowley, hasta que este viene a mi cabeza en un flash: Mark Sheppard.

A Mark, que es inglés, le hace gracia mi acento y hablamos un rato de la vieja Londres, hasta que se termina su cerveza y vuelve al trabajo. Un tipo simpático y encantador.

Es hora de presentar la maratón de los tres últimos capítulos de la temporada 7 con el resto del reparto. Una vez finalicen los episodios habrá rueda abierta de preguntas de una hora. Aprovecho para ir al almacén a por más género y saludar a Megan en la cocina para decirle que si quiere en un rato la acompaño a fumarse un pitillo. Luego vuelvo a mi puesto de trabajo.

Mientras coloco las botellas escucho en la lejanía como el pase de los episodios ha empezado, porque la gente aplaude y se escuchan los diálogos habituales de la serie sobre demonios, ángeles, apocalipsis y demás cosas sobrenaturales.

A mis espaldas noto que alguien se ha sentado en uno de los taburetes, como si dejara caer todo su peso sobre el asiento. Una voz que conozco muy bien se dirige a mi y me da un respingo todo el cuerpo.

— Perdona, ¿podrías ponerme una Coca Cola?

Me giro manteniendo la calma y ahí lo tengo, delante mío y sin prestarme la más mínima atención. Consulta su móvil, absorto en los mensajes y notificaciones pendientes. Jared parece cansado, pero no de mal humor.

—Claro. ¿Pero no prefieres algo más fuerte? Una podría pensar que se necesita algo de alcohol para aguantar tantas fotos y firmas.

Jared levanta la vista del aparato y me mira por primera vez. A mi se me aflojan un poco las piernas y lo que no son las piernas al ver esos ojos, mezcla de verde y avellana, tan cerca mío. Me dan ganas de frotarme contra esa nariz puntiaguda y esa mandíbula cuadrada pero me mantengo tranquila. Al menos por fuera. Por dentro mis hormonas están dando saltos como cabras salvajes.

—No bebo cuando estoy trabajando. Pero si tienes alguna propuesta no alcohólica soy todo oídos.

—Encanto, tengo muchas propuestas no alcohólicas que podría hacerte.— suelto sin más, apoyándome en la barra con ambos codos e inclinándome hacia él.

Jared parpadea muy rápido durante unos segundos y hace un mohín encantador, mezcla de vergüenza y diversión. Se pasa una de esas manos enormes por el pelo largo, llevándoselo hacia atrás.

—¿Esto es una broma oculta de Misha o es que siempre eres así?— contesta, riendo.

—Hasta dónde yo sé siempre soy así cuando tengo delante algo que quiero.

—Vaya, eres muy directa.

—Bueno, tu te vas en un par de días a Texas y no voy a volver a verte, así que soy de la opinión de ir a por todas con toda la caballería.— sonrío.

Él esboza una sonrisa también, aunque sigue desconcertado. Me sorprende que un hombre atractivo como él se sorprenda de que las mujeres le tiren la caña descaradamente. Jared no tiene la belleza de anuncio perfecta que luce su compañero Jensen, pero desde luego es difícil que pase desapercibido. Pero comprendo que esté más acostumbrado a que la atención femenina se centre en Jensen y no en él.

— Te propongo algo: un Roy Rogers.

—¿Es eso alguna práctica sexual inglesa que desconozco y que me quieres hacer?

Ahá, o sea que ahora es él quién tontea. Ha dejado de lado el móvil y parece más interesado en mi que en cualquier otra cosa, por lo menos de momento.

Hi, Winchester [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora