8.- Shakespeare estaría orgulloso

955 97 16
                                    

¿Sabéis esas escenas de pelis dónde los protas entran en una habitación enrollándose fuertemente mientras se quitan la ropa y suena música sexy? Bueno, pues eso es más o menos lo que nos ocurre a Jared y a mi cuando llegamos al Hilton London. Sin la música sexy, claro.

Creo que nos empezamos a desabrochar botones y bajar cremalleras en el ascensor y en el pasillo del hotel Jared me empotra contra la pared y yo estoy a punto de correrme al notar como de dura tiene la polla. Joder, va a ser la noche de mi vida. A no ser que sea eyaculador precoz, pero os recuerdo que el tío es un buen besador y eso suele significar que también es un buen follador.

No sé como logramos abrir la puerta de su habitación de hotel y meternos dentro sin que nos detengan por escándalo público. Y teniendo en cuenta que yo ya llevo el sujetador desabrochado y él la bragueta abierta, es todo un logro. 

Cuando Jared me tumba en la cama y se quita la camiseta mi mente friki solo puede recordar esa escena de la temporada 6. Sí, ESA escena en la que Sam Winchester sale sin camiseta, sudoroso y luciendo palmito. ¿No la tenéis presente? Tranquilas, para eso está Internet. Para buscar porno:

Vaya con el pequeño de los Winchester

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vaya con el pequeño de los Winchester. 

Bien, pues esto es como haber soñado ir mil veces a Disneyland mientras mirabas fotos en Instagram y vídeos del parque en Youtube y de repente llega el día en que estás montada en la puta Space Jam y te preguntas como has llegado ahí. Esa soy yo, pensando en analogías con Disneyland cuando tengo a Jared Padalecki desnudándose en exclusividad para mi. Ya había quedado claro que soy un poco mamarracha, ¿no?

Si esto fuera un fanfic o peor, una novela de Danielle Steel, os contaría como Jared acarició mi piel, como me hizo el amor con una mezcla de ternura y pasión, como me subió encima suyo y alcancé el éxtasis en una explosión de fuegos artificiales. Menuda sarta de clichés.

Pero esto no es nada de eso y no me voy a poner a explicaros gilipolleces pornográficas endulzadas. La realidad es que follamos como animales. Como animales pervertidos, claro. Me folla y yo le follo con manos, dedos, boca, lengua, polla, coño. Toda la ecuación fantástica de la diversión sexual.

Y oh, amigas mías. Oh.

Ni siquiera sé las horas que han pasado desde que entramos en la habitación y nos pusimos a darle al asunto, casi sin descanso. Sí veo que es de madrugada cuando ambos caemos rendidos, satisfechos, divertidos y completamente a gusto.

A mi lado, desnudo y cubierto de sudor aún, con ese tipo de sudor que potencia el atractivo de un hombre, Jared suspira sin dejar de mirar el techo. Yo aprovecho para hacer otra fotografía mental de todo su cuerpo en bolas, para cuando sea una vieja y necesite una alegría.

—Joder.— dice él, sonriendo.

—Joder, hostia puta.— contesto yo.

No me diréis que Shakespeare no estaría orgulloso de nuestros diálogos románticos. 

Mi cabeza no está para reflexionar mucho, pero sí que pienso, de forma vaga y un poco atontada, qué que lástima que Jared vuelva a Estados Unidos en dos días. Porque además de ser guapo, el muy cabrón es divertido, listo y me pilla el humor de mierda a la primera. Pero esto es lo que es, una noche de diversión y ya. No vamos a hacer castillos en el aire con alguien que vive a miles de kilómetros de mi y que encima es una actor semifamoso. No way, sister.

—¿Te lo has pasado bien?— me pregunta, girándose hacia mi y abrazándome por encima del estómago. Me besa con un poco de ternura en la mejilla, en la nariz, en el cuello, en la boca. Me diréis que no es para comérselo.

—No, ha sido horroroso. El peor polvo de mi vida. En serio, háztelo mirar.

Él se ríe y su cuerpo desnudo se pega al mío, que a pesar del cansancio y la profunda satisfacción postorgasmo, reacciona al instante. Mi clítoris saca las maracas y empieza a pedir fiesta.

—Deberíamos dormir. En unas horas tengo el segundo día de la convención. ¿Estarás trabajando ahí otra vez?

—Sip, hasta la noche.

—¿Y luego... por la noche...?— se aventura Jared, sin despegarse de mi. Mi clítoris ha empezado a bailar la lambada.

—Por la noche...— digo, sin comprometerme, porque no sé si quiere volver a verme o quiere dejar claro que no va a quedar conmigo otra noche.

—Qué que haces por la noche.— dice finalmente con una risita.— ¿Vas a embaucar a otro pobre desgraciado como yo?

—Tendría que consultar mi agenda.

—¿Podrías consultarla antes de que me vuelva a Texas pasado mañana?

—Mi agenda me dice que por la noche mi plan es pillarme una cogorza con Megan en nuestro apartamento mientras me cuenta que tal se ha portado Jensen en la cama y nos damos toda clase de detalles sobre tamaño, resistencia y posiciones utilizadas.

—Creo que no tienes suficiente material para ese tipo de charla.— Jared sonríe mientras me besa y yo no puedo evitar sonreír. Pues parece que quiere repetir y para qué nos vamos a engañar, yo también. Ya sabéis lo difícil que es encontrar un buen follador. Mi clítoris asiente con felicidad a esta afirmación filosófica.

—Bueno, todo sea por recabar más material.— me encojo de hombros, aprisionada ya bajo el cuerpo de Jared y dispuesta para una segunda ronda de fantabuloso sexo.

Por supuesto, en ese instante soy ajena a todo lo que está por llegar en un futuro muy próximo y en mi cabeza me creo que solo he quebrantado la primera de las promesas que le hice a Megan. De momento no nos hemos metido en ningún lío. Segunda promesa cumplida.

Desgraciadamente, eso va a cambiar en las próximas 48 horas.

Desgraciadamente, eso va a cambiar en las próximas 48 horas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hi, Winchester [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora