40.- Pack Winchester

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Eso mismo, ¿y ahora qué hacemos con nuestra vida? 

Las cosas están así: tengo que devolver a Meg a nuestro mundo, tenemos todas nuestras cosas en Londres, Sam y Dean están buscados por el FBI y encima hay una plaga de leviatanes bíblicos. Es un contexto genial para empezar una nueva relación, ¿a que sí?

Pero como soy una cabeza de chorlito todo eso queda relegado a segundo plano mientras Sam y yo subimos al piso de arriba sin dejar de besarnos y empezamos a sacar camisetas, bajar cremalleras y tirar zapatos por los aires. Cuando caemos desnudos en la cama y todo se apresura solo puedo pensar que me la pelan los leviatanes, el FBI y hasta el presidente de los Estados Unidos. Vosotras me entendéis, ¿a que sí?

Una vez recobramos la respiración y se apagan las ansias tras follar a lo loco durante una media hora, es momento de hablar y ver qué hacemos con la situación actual. Antes de que podamos decir nada Dean golpea nuestra puerta.

—¡Sammy, deja de echar polvos patéticos y bajad los dos a cenar!

Sam, aún tumbado en la cama, con su mejor cara de hombre satisfecho, se ríe ante la impertinencia de su hermano y me abraza junto a él.

—¿Sabes que ese imbécil va incluido en el pack Winchester, no?

—Me temo que sí, lo sé. Es un capullo, pero se le pilla cariño. Como a un perrete.

—Exacto.

Ambos reímos con complicidad postorgasmatoria y decidimos que mejor nos vestimos y nos unimos a la cena.

Abajo, en la enorme mesa rectangular del salón, hay un montón de bolsas de papel llenas de hamburguesas con queso, patatas y refrescos. Meg me sonríe al verme bajar las escaleras y Bobby suelta una maldición, sacudiendo la cabeza.

—La cosa va de prioridades, ¿no, Sam?

El aludido se sonroja un poco pero acaba por encogerse de hombros y ayuda a preparar la mesa para que podamos cenar. Cuando estamos todos sentados, incluido Castiel, que no come nada porque es un ángel y no lo necesita, los dos hermanos y Bobby nos ponen al día de lo que está pasando ahí afuera.

El resumen sería que los leviatanes esos son bichos peligrosos de la hostia que amenazan con hacerse con el control del mundo y esclavizar a los humanos, y que por si fuera poco pueden tomar el aspecto que quieran.

—Los que salen en la grabación difundida en las noticias no somos nosotros, son dos leviatanes.— explica Dean, con la boca llena de hamburguesa. 

—¿Para obligar a que os escondáis mientras os busca el FBI?

—Eso es.— confirma Sam.— Pero tenemos que encontrar la manera de...

—Alto ahí, chico. Ahora vosotros dos tenéis que desaparecer durante una buena temporada mientras yo me ocupo del asunto. Y aquí no os podéis quedar, es demasiado peligroso.

—¿Entonces a dónde vamos?

—Tengo varios sitios francos que podéis utilizar: cabañas aisladas por diferentes estados. Montana, Kansas, Nebraska... Os iréis ahí y os estaréis quietecitos. LOS DOS.— los amenaza Bobby.— En cuanto a vosotras, tampoco estáis seguras aquí. 

Meg y yo nos miramos. ¿Y ahora qué hacemos?

—Vale, pues eh... Entonces Megan debe volver a casa.

—Perdona, ¿cómo dices?— se enfada ella, mirándome sin parpadear.

—Que te largas. Pillas la cosa esa de Loki y te vuelves.

—Disculpad, ¿qué cosa de Loki?— pregunta Sam con interés. Yo meto la mano en el bolsillo de mis vaqueros y saco la rueda con el líquido dentro. Al verlo a Sam se le iluminan los ojos.— ¡Un Úturtima! Creía que todos estaban destruidos.

Por supuesto que Sam el Empollón sabría qué es exactamente este trasto. Se lo dejo en sus manos y él lo mira como un niño con un juguete nuevo. Entiendo que es el momento de explicar como funciona y hago un resumen breve de cómo llegamos hasta aquí.

Cuando termino el relato Megan sacude la cabeza y se cruza de brazos, tozuda como una mula escocesa.

—Yo no me pienso volver sin ti, Kat.

—Madre mía, ¿cómo puedes ser tan testaruda? ¿Y qué vamos a hacer aquí, eh? 

De repente ambas tenemos una de esas conexiones mentales instantáneas tan geniales que solo ocurren con tu mejor amiga. Las dos abrimos los ojos y sonreímos tanto que se nos podrían caer todos los dientes.

Estamos pensando lo mismo, lo sé.

—¡Nuestro pub!— soltamos a la vez.

—¿Disculpad?— Dean no se entera de nada, pero no por eso deja de comer. Ya ha terminado su hamburguesa y ha empezado a atacar la tarta de manzana.

—Mirad. Nosotras no tenemos alma de cazadoras, pero para nada. Yo no voy a vivir de aquí para allá cazando bichos, no es mi vida, pero es la vuestra.— les digo a ambos Winchester.— Nuestro sueño, el de las dos, era abrir nuestro propio pub. Supongo que podemos trasladar ese sueño de Londres a Estados Unidos.

—Eso es.— sonríe Megan, animada por la idea.— Lo importante es estar juntas.

—Siempre.

Quiero abrazarla y achucharla por ser así, por estar siempre a mi lado incluso en las peores situaciones imaginables. Y eso hago, sorprendiendo e incomodando a los hombres rudos que se sientan a la mesa. Ya sabéis, la frágil masculinidad.

Ella me devuelve el abrazo con todas las fuerzas del mundo.

—Supongo que ya no podrá ser el Mercury Spirit, pero es un nuevo mundo.

—Y una nueva vida.

Brindamos con nuestra cerveza por ello y entonces recibimos la más sorprendente de las proposiciones por parte de Bobby Singer. Se levanta de la mesa, abre un cajón de su escritorio y saca una carpeta bastante tupida, que pone delante nuestro con un gruñido.

—¿Qué es esto?

—Parece una carpeta con documentos importantes.— aporta innecesariamente Castiel, serio y formal. Dean pone los ojos en blanco.

—Esto son las escrituras del Roadhouse. Bueno, de lo que queda del Roadhouse después de que lo quemasen las fuerzas de Azazel. Ellen lo dejó a nombre de Joe, y en caso de que Joe no pudiera heredarlo, lo puso a mi nombre.— suspiró Bobby.— Los cazadores necesitan un lugar seguro de descanso y en el que poder encontrarse con otros cazadores. Nunca he sabido qué hacer con él. Pero si lo queréis, es vuestro.

—Pero... ¿y el dinero para montarlo de nuevo?— pregunto yo, confundida por el ofrecimiento.

—No sé si recordáis que podemos falsificar tarjetas de crédito.

Oh.

Volvemos a brindar todos por los nuevos planes de vida, por el futuro nuevo Roadhouse y por la próxima victoria de los cazadores contra los leviatanes.

Me quedo un poco abrumada por lo rápido que va todo pero supongo que eso es bueno. Si la cosa sale mal... pues siempre podemos utilizar el Úturtima para regresar a casa, a nuestro mundo, y seguir con nuestras vidas.

Al fin y al cabo Meg y yo somos, como los Winchester, unas supervivientes.

Al fin y al cabo Meg y yo somos, como los Winchester, unas supervivientes

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Hi, Winchester [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora