39.- No voy a ser cazadora

354 42 20
                                    

Sam no tiene tiempo para continuar abroncándome. Dean está herido y necesita atención urgente, por lo que tras echarme un mirada entre furibunda y frustrada me aparta del medio y arrastra a su hermano semiinconsciente hasta un viejo sofá que hay en la sala.

Megan ahoga un sollozo al verlo así, cubierto de heridas y al parecer al borde de la muerte. No es que yo entienda mucho de esto pero no tiene buena pinta para nada.

—Voy a por el botiquín de primeros auxilios.— dice Bobby, sin preguntar nada más.

Sam se inclina sobre Dean y le habla en susurros angustiados. Meg y yo no sabemos en qué ocuparnos, excepto en despejar la zona para que estén más cómodos para las curas e ir a la cocina a preparar algo de té o lo que sea que podamos hacer.

—No se va a morir, ¿no?

—Claro que no, es el maldito Dean Winchester. Y si se muere, lo revivirán porque eso es lo que hacen en Supernatural, ¿recuerdas?

—Pero y si esta vez...

—¡Que te digo que no!— la callo. Me niego a creer que un Winchester pueda morir, así, sin más. NO y NO.

Observamos como Bobby abre un maletín lleno de gasas e instrumental médico y él y Sam empiezan a limpiar las heridas de Dean como un equipo perfectamente compenetrado.  Nosotras no tenemos nociones de enfermería, pero también queremos ayudar como sea. Y elegimos la cocina. Meg sabe cocinar como los dioses y yo... yo, bueno, sé calentar agua en una tetera.

Cuando nos acercamos con unos estupendos sándwiches de jamón y queso, que es lo único que hemos encontrado en la nevera, y té recién hecho, Bobby y Sam conversan ajenos a nuestra presencia.

—Entonces, ¿los leviatanes?

—Sí, en Ellsworth. Han convertido a todo el pueblo en rugarús.

—¿Cómo?

—No lo sabemos. Pero dos de ellos han atacado a Dean. Mira las dentelladas, Bobby.

—Ya veo, muchacho. No pueden ser de un rugarú normal.

—Tenemos que volver a Ellsworth y acabar el trabajo o...

—Tú no vas a ninguna parte, idiota. ¿Acaso no sabéis que os busca el FBI? Tenéis que desaparecer una buena temporada.— lo amonesta Bobby.

Viendo el estado de Dean, que sigue sin despertarse, decido intervenir con una obviedad que quizás a nadie se le ha ocurrido.

—¿Sam?— digo, con timidez y temiendo otra mirada furiosa suya.

—¿Qué ocurre?— sigue preocupado, pero más calmado. Al menos eso me parece a mi.

—¿Y si llamamos a Castiel? Ya sabes, para que cure a Dean.

Sam y Bobby se miran, interrogantes. Yo creo que la he cagado sugiriendo eso, pero luego Sam sonríe. Parece aliviado y por primera vez contento de verme ahí.

—No se nos había ocurrido, Kat.— al menos ya vuelvo a ser Kat, y no Katherine.— Gracias.

+++

Castiel apenas tarda unos segundos en aparecer en cuanto Sam se pone a rezarle para llamarlo. Solo ha necesitado poner su mano sobre la cabeza de Dean para que todas sus heridas se curen y desaparezcan por completo. Menudo alivio ver al mayor de los Winchester abrir los ojos y preguntarnos de mal humor que qué coño estábamos mirando.

Después de eso lo hemos dejado descansar en una habitación de arriba, custodiado por su fiel ángel de la guarda, y Bobby y Megan han decidido ir al centro de Sioux Falls a por una cena de hamburguesas y patatas para todos.

Hi, Winchester [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora