9.

2.1K 139 10
                                    

Estaba en clase de derecho Romano y me encontraba realmente atenta a lo que decía la profesora.

-¿Te gustó mi regalo de ayer?-una voz detrás de mí me hizo salir de mí estado de concentración. Era Marco hablándome desde el asiento de atrás.

-Emm sí, gracias-dije tratando de no perder de vista la clase.

-Vamos Alex aunque sea aceptame una salida a almorzar hoy-vire los ojos aunque el no pudiera verme.

-No dejaré que escuches la clase hasta que me digas que sí-el tipo si que era persistente.

-Bien-resoplé-ahora déjame escuchar. Que pesado.

Sabía que había puesto una risita victoriosa en sus labios.

Cuando se acabó la clase fue hacía la última del día que pasó algo lento pero también estuvo interesante.

-¿Entonces vas a tener una cita con Marco Bianco?-Facu me miró con los ojos abiertos mientras nos dirigíamos a la salida.

-Eso dijo, aunque espero que de verdad se le haya olvidado-ahora me arrepentía de haberle dicho que sí.

-Pues muñeca eso no será posible-señaló al italiano recostado en el Mercedes.

Aún no notaba mí presencia, a unos metros de él vi  que una chica se le acercó con una sonrisita coqueta.

-Ésta es mí oportunidad, si le sigue el juego a esa chica podré zafarme de él con le excusa de que no soy segundo plato-me escondí un poco y quedé realmente sorprendida al ver que Marco ni la miraba, sólo tenía su vista fija en el pavimento y cuando ella trató de acercarse la apartó amablemente. La chica salió de allí tirando humo de las orejas.

-Puede que no sea tan malo-miré a mí amigo-dale una oportunidad.

Le di un beso de despedida y caminé hacía el auto.

-Hola-saludé y alzó la vista apenas me notó y  se quitó los lentes oscuros que traía puestos.

-Pensé que ya no venías-me abrió la puerta del copiloto y entré.

-Siempre cumplo mi palabra Marco-dije cuando el se metió al auto.

-Me alegra eso-emprendió camino y después de unos minutos de silencio me atreví a preguntar.

-¿A dónde vamos?

-Hay un restaurante por aquí cerca, se llama "La Hacienda" y es muy rico y acogedor-me respondió con una sonrisa-además venden comida de todo tipo por si eres vegetariana o algo así.

-Cómo carne-le dije riendo-pensaste en todo.

-La verdad es un milagro que hayas aceptado salir conmigo hoy así que debía impresionarte-lo noté algo nervioso.

-Es una salida de amigos-le aclaré.

-No te preocupes que lo tengo bien claro-estacionó el auto frente a un restaurante con fachada sencilla pero muy bonita-llegamos.

Bajamos del auto y entramos al local.

-Buenas tardes-saludo un mesero en la entrada-¿mesa para dos?

-Sí por favor-nos guió a una mesa cerca de una ventana.

-Aquí tienen los menús y volveré en unos instantes para tomar su orden-de retiró y empecé a leer los platillos que allí se encontraban.

-¿Ya elegiste?-me preguntó mi acompañante.

-Sí, pediré sopa de tomate-contesté.

-Vale-llamó al mesero discretamente.

°MÉXICANITA°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora