35.

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Llevábamos dos semamas aquí en México. Aron se llevó sorprendentemente bien con toda mi familia, hasta mi abuelita le hizo galletas sólo para él.

Me alegraba mucho que se adentrara un poco más en mi mundo y en mis costumbres. Ayer probó el chili con carne de mi mamá y pensé que se iba a morir, jamás había visto a alguien tan rojo en mi vida.

-¿En qué piensas?-su voz me sacó de mi trance.

-En que me alegro que hayas venido-le sonreí. Estábamos en el jardín acostados en la hierva.

-No fue difícil con tú familia-lo miré a los ojos-son igual de especiales que tú.

-Lo sé-reímos.

Un mensaje llegó a su celular y se levantó enseguida, como queriendo ocultar algo.

-¿Qué pasa?-alcé una ceja.

-Nada, nada. Hablamos luego-se fue con si vista clavada en el aparato. Odio que haga eso.

Me quedé recostada otro rato más, la noche estaba preciosa.

-¿Qué haces aquí tan solita?-miré a mi papá que traía dos vasos de jugo en las manos.

-Sabes que amo este lugar-me extendió uno de los vasos y lo tomé.

-No sabes lo feliz que me hace tenerlas aquí-se acostó a mi lado.

-Te extrañabamos mucho-le sonreí.

Nos quedamos en silencio. Danna y mamá tenían mejor conexión juntas, yo hacía más clic con mi papá, aunque eso nunca fue impedimento para que siempre estuviéramos los cuatro, unidos.

-Alex...-giré mi cabeza para verlo mejor-dime que sucede con Aron.

-¿Qué pasa con él?-mis nervios empezaron a notarse.

-Hija, lo noté desde el día que llegaron-abrí los ojos-tiene ese brillo especial en los ojos cuando te mira, y tú siempre tienes una sonrisa involuntaria cuando estás cerca de él.

-Papá...-me senté y el imitó mi acción-todo es muy complicado.

-Lo bueno nunca es sencillo-me abrazo por lo hombros-Alex, esto es por ti, arriesgate más por lo que sientes. Ese brillo en los ojos de Aron, tu sonrisa, la forma en la que extrañamente se complementan hasta sin decir una sola palabra sólo la vi una vez en la vida.

-¿En dónde?-lo miré a los ojos.

-Tu mamá y yo-sonreí-y vaya que si nos amamos. Al principio fue muy difícil, yo tenía fama de mujeriego y ella era una mujer increíblemente única. Inteligente, bonita, astuta y educada. Ella nunca supo esto, pero aunque tuve muchas mujeres en mi vida, con ella siempre siento que estoy en mi primera vez, ella fue mi primer amor.

-Yo no sé si tenga algo así con Aron-suspiré.

-Claro que no, eso es lo que nos tocó a tu madre y a mí. A ti te espera algo mucho mejor, cada amor es único y especial, si todos fuesen iguales no existieran las buenas historias de amor-se levantó y me ayudó a mí-¿sabes por qué me siento seguro de que estés con Aron?

-¿Por qué?-pregunté curiosa.

-Porque te mira como si fueses el tesoro más grande del mundo, y a través de sus ojos puedo ver que no haría nada para perderte-mis ojos se aguaron.

-Te amo-lo abracé.

-Y yo a ti mi pequeña-salí del patio para buscarlo.

-¿Puedo pasar?-toqué su puerta.

-Seguro-escuché del otro lado.

-Hola-dije al abrir.

-Hola-se acercó y me dio un beso en la frente-¿pasa algo?

°MÉXICANITA°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora