20.

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Aron.

Me había acercado un poco a la mesa de Marco y Alex, estaban a punto de besarse y yo no podía permitir eso.

Sentía los llamados de Miguel pero no le presté atención, cuando ya estaba a pocos metros de su mesa, di un paso en falso y sin querer tropecé con el mesero haciendo que este derramara cerveza sobre Alex. Mierda, mierda, mierda.

-Joder-escuché a Miguel detrás mío.

La mirada de Alex se centró en nosotros y sólo transmitía rabia.

-¡ME EXPLICAN YA QUE HACEN AQUÍ!-la música dejó de sonar y todos los presentes dirigían su atención a nuestra escena.

¿Y ahora que digo?

Alex.

No me importaba que le gente murmurara o que incluso algunos estuvieses grabando. Tenía mucha rabia,no sólo por la cerveza, sino porque estoy segura de que están aquí para arruinar mi cita.

-Hablen-me crucé de brazos. Me dolía ver a Miguel aquí, era mi mejor amigo y no pensé que podría hacerme eso.

-Alex de verdad lo sentimos mucho, no queríamos arruinar nada sólo pasábamos por aquí-Aron hablaba muy rápido.

-¿No?-lo miré incrédula-no me hagas reír Aron, que casualidad que llegaron los dos al mismo bar.

-Déjame explicarte-esta vez intervino Miguel.

-Tú si que menos-lo señalé y al verlo los ojos se me aguaron un poco-no puedo creer que hayas hecho esto. No me creo el cuento de que vinieron de casualidad, no piensen que soy imbécil.

-Alex vamos-Marco susurró en mi oído.

Cogi mi bolso y salí empujando a todo el mundo.

Cuando estuve afuera del local quería golpear a lo primero que se me atravesará.

-Calma linda-Marco me abrazó-todo está bien.

-¡Claro que no!-me separé un poco de él-lo siento.

-No te disculpes-acarició mi rostro.

La puerta del bar se abrió dejando ver a Miguel y Aron.

-Alex espera-Miguel me agarró del brazo pero me solté enseguida.

-Déjame en paz-Marco entró al estacionamiento-pensé que podía confiar en ti pero ya veo que no.

-No digas eso...-vi el Mercedes rojo y caminé hasta el.

Me subí y empezó a manejar.

-Tranquila-me agarró la mano-la cita no se acaba aún.

-¿Cómo?-lo miré con la ceja alzada.

-Te voy a llevar a un lindo lugar-me guiño el ojo-y antes de que preguntes no te voy a decir a dónde.

-Que cliché-reí.

-Ja ja-me sacó la lengua.

Después de cinco minutos llegamos a un mirador.

-¿Y esto?-estacionó. La ciudad se podía ver desde ahí y era algo totalmente hermoso.

-Uno de mis lugares favoritos-nos bajamos del auto para sentarnos en el capo-de pequeño mi hermano mayor me llevaba a un mirador parecido de pequeño para ver las estrellas. Eso me relajaba mucho.

-Si es muy relajante-respiré profundo-gracias.

-No hay que agradecer-nos quedamos en silencio unos minutos, sentía tanta paz que hacía que el momento fuera perfecto.

°MÉXICANITA°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora