Capítulo 1

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Un mes antes

El vuelo A-403 con salida del aeropuerto internacional Simón Bolívar de Venezuela hacia Menorca está haciendo su último llamado a abordar, mis padres y Alex, se encuentran sobreexcitados con este viaje. Hablan sobre cuán hermosa sería la isla, el hotel y las mil y un tonterías más. Decido apresurar mi paso hasta la taquilla de pasajeros, donde muestro mi boleto disponiéndome a colocarme nuevamente los audífonos.

 No es que no me emocione la idea de conocer la isla y el hotel de mi padrino, es que no quiero dejar la comodidad de mi hogar, a mis amigos y a Samuel. Mi padrino o como yo le digo, mi papa-padrino, es dueño de una importante cadena hotelera en España y fuera de ella. August Ali, es el mejor amigo de mi padre y es una persona especial para Alex y para mí, siempre fue el tío consentidor que nunca tuvimos, amable y de buen corazón.

Nunca se le conoció novia o esposa, según él, no le hacían falta porque su trabajo le exige más que una esposa — palabras textuales suyas— Tanto así, que es el primer español en construir un hotel en las islas vírgenes británicas. Pasado mañana será la gran fiesta de inauguración del hotel Palece Alí en Menorca y sí, estoy muy contenta por el nuevo éxito de mi padrino. Sacudo mi cabeza para alejar mis pensamientos y caminar hasta el asiento que me corresponde. Una vez cómoda, me permito mirar la hora en mi teléfono, es donde me doy cuenta que solo faltaban 3 horas para que el vuelo aterrizare.

Genial

Para no aburrirme, saco de mi bolso de mano el libro de Nora Roberts, "la bruja oscura" leer para mí siempre es un escape, un lugar en el que puedo dejar de ser yo, en el que puedo sumergirme en una vorágine de emociones y nadie puede juzgarme. Todo lector sabe que tomar un libro es perderse entre las hojas, indagar en un nuevo universo, enamorarse de nuevos personajes y tomar una profesión prestada. Leer nos hace estar más vivos diariamente, en la muerte llamada vida. Para algunos, un libro es sinónimo de distracción, para otros, es solo entretenimiento, pero para mí y para algunas personas es un medio de escape para poder sobrevivir.

La lectura se vuelve amena y me envuelve de tal modo que cuando quiero darme cuenta, la voz del capitán suena por los altavoces informando que estamos por aterrizar en Menorca. Me vuelvo hacia mi izquierda y le quito los audífonos a Alex, quien me sonríe y revuelve mi cabello. Espero a que el avión termine de aterrizar para salir y buscar nuestros equipajes. Las puertas se abren y salgo corriendo por el largo pasillo hasta adentrarme en el aeropuerto, ver desde lejos la camioneta de Javier, activó la emoción y la euforia que estaba apagadas antes de montarme en el avión, ahora no puedo esperar por verlo. ¡Estoy tan contenta de estar aquí!

Javier, es el eterno chofer de mi padrino, pero, más allá de eso, es un hombre amable, amoroso y para mí es como un abuelo. Tengo que darme un alto para esperar a mis padres, ya que el aeropuerto es inmenso y es primera vez que estoy aquí, no quiero perderme. Lo bueno de visitar Menorca, es que podré conocer las playas de las que tanto habla Auguts, como también, los bosques en los que se puede hacer senderismo. Dejo que mis padres recojan el equipaje y me dispongo a salir del aeropuerto tomada del brazo de Alexander.

Las puertas se abren y el cálido aire veraniego de Menorca impacta en mi rostro, a lo lejos veo a Javier bajarse de la camioneta para luego caminar hacia nuestro encuentro.

— Buenos días señores Montt, señorita Agatha, señorito Alexander

— Buenos días, Javier — responden mis padres. Alex saludó con un ligero asentimiento.

— ¡Javiii! — me suelto del brazo de Alex, abrazando a Javier y besándolo en la mejilla arrugada como toda mi vida. A mis padres nunca les gustó que diera muestras de afecto a los empleados, pero Javier es diferente, él siempre ha sido como un abuelo que está cuando más se necesita y que da los mejores consejos en la vida. No solo es el chofer de mi padrino, sino que también es su mano derecha. En los momentos difíciles cuando no podemos acudir a August, acudimos a Javier.

— Hola, chiquita— se acercó hasta mi oído y me preguntó cosas de Samuel. Gire los ojos, sonriendo mientras me montaba en la camioneta. Ni a Javier, ni a mi padrino les gustaba Samuel, según ellos era demasiado estirado para mí.

A medida que pasamos por la calles de Menorca, más me maravillo con su paisaje, sus casas pintorescas, las palmeras, los colores de sus viviendas y el contraste hermoso de las aguas y el cielo. Es la primera vez que piso Menorca y ya me encanta, estoy maravillada, ¿qué maravillada?, impactada. Pensé que Menorca era solo playa. Es distinta, tiene un aire señorial que atrapa y hasta tiene un castillo —Joder— es muchísimo más grande de lo que pensé. La ciudadela simplemente es maravillosa. Ahora si me siento emocionada y sobreexcitada.

— ¿Verdad que es hermosa, cielo? — dice mi madre sacándome de mi ensoñación.

— Es simplemente maravillosa, madre, estoy impactada.

Mi madre sonríe mirándome con esos ojazos Azules llenos de ilusión y amor.

Ángela Paz De Montt es una adolescente en cuerpo de señora, siempre viste con vaqueros, su cabellera azabache siempre la lleva lisa. Calza tacones, se maquilla perfectamente y su cuerpo de infarto hace que aparente menos edad de la que tiene. Mi madre es un alma libre pero con un corazón de oro.

Mi padre, todo lo opuesto a ella, un eterno viejo en cuerpo de joven. Él es 10 años menor que mi madre y según ella, fue amor a primera vista. Mamá era profesora de historia y papá el alumno de la clase. Y, ¿adivinen quien dio el primer paso? Sí, mi madre, ella dice que se quedaron encerrados en el aula, después de media hora terminaron dándose mucho amor, para así sorpresivamente nueve meses después ¡sorpresa! Nació Alexander, cosa que creían imposible ya que mi madre era estéril, o es que mi papá tenía demasiada potencia; luego de dos años nací yo.

 Alexander, es un hombre de 28 años moreno ojos azules, yo soy algo así como mi padre versión mujer tez pálida, cabello rubio, ojos negros y estos con defectos, ya que sufro de miopía aguda, por lo cual siempre llevo mi gafas de montura. Sí, soy idéntica a mi padre.

— Ya verás cómo disfrutaras del sol, y trabajaremos en ese bronceado que realmente ameritas, Agatha, pareces un cartón de leche— se burla.

— Mamá, cuando entenderás que NO me gusta estar expuesta al sol, no me bronceo, solo parezco un tomate maduro cuando tomo el sol. Además, siempre quedo adolorida, y la piel me arde.

— Agatha, ¡Animo! Estas en la playa cariño, disfruta y no pienses en el mañana, ¡vive!

— Ya, mamá, no empieces con tus "subidas de ánimos" que no los necesito, no quiero que me arda la piel.

— Te pareces a mi madre, Agatha Cecilia Montt. No sabes cuándo será la última nena.

— ¡No soy una vieja! — me ofendo

— Si lo eres hermanita, mira tus fachas, ni papá que tiene su edad viste así— escucho decir a Alex

— ¡Oye! No visto mal, solo visto como lo hace un hombre de mí edad — aclara mi padre tratando de sonar serio cuando su sonrisa parece la del gato de Alicia en el país de las maravillas.

Todos nos echamos a reír a carcajadas, amo a mi familia, y aunque a veces me exasperan, amo cada segundo que paso con ellos. Con una sonrisa de oreja a oreja miro por el retrovisor encontrándome con la sonrisa divertida de Javier, sí, aquí se encuentra mi familia, solo falta mi padrino y listo, toda mi familia estaría reunida. 

Mientras la camioneta va andando vuelvo mi vista nuevamente a las hermosas calles del lugar, tal vez hubo un momento en el que no quise venir negándome en rotundo a conocer Menorca, pero al estar aquí, ver el encanto que transmite la isla me he ido enamorando poco a poco de ella, y eso que apenas llevo unas pocas horas.

Quito mi vista de la ventana oteando mi teléfono, dándome cuenta que varios mensajes se encuentran a la espera de lectura; éstos son de mis amigas y de Samuel, me dispongo a responderlos hasta que olvido el tiempo y el espacio. 

El tiempo pasa tan rápido que vengo a darme cuenta que estamos en el hotel cuando la camioneta para en la entrada. — Bienvenidos al Paraíso — Javier se vuelve mirándome directamente a los ojos muy serio haciendo que un escalofrío suba por mi columna vertebral y la emoción se esfume. 

¿Qué le ha parecido el primer capítulo? 

al principio puede sonar un poco aburrido, pero, para poder llegar a la acción tenemos que conocer un poco de los personajes y quienes son. 

El Silencio Del Cuervo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora