Capítulo 27

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Antes que empieces a leer este capítulo, quiero que sepan que extendí el final a tres capítulos más, creo que Agatha y Ernesto merecen un poquito más de historia. Justamente los subiré todos hoy y extenderé también el final. Los amo mucho 😍

Disfruten de la lectura ❤️

 No pasa mucho tiempo para que en el bosque se forme el caos. Las autoridades tienen a los hombres de Silvio y a éste preso al igual que a los pocos que quedan de los cuervos. La prensa local está a unos metros tomando fotos y haciendo reportajes de lo que aquí está pasando

— ¿Crees que podemos vivir en paz después de esto? — le pregunto a Ernesto quien se encuentra sentado a mi lado en la ambulancia.

— Estoy seguro, si estás a mi lado estarás tranquila — se inclina y besa mis labios.

— Estoy asustada — confieso — aún no sé de mis padre y Alex... Dios, Alex — me derrumbo tomándolo del pecho— él lo mató, mató a mi hermano— sollozo — lo vi, Ernesto. Vi su cadáver putrefacto. ¡Él no merecía nada de esto! Mi hermanito... Mi familia

— Nada de esto es tu culpa, mi amor — me consuela colocando su mano en mi espalda haciendo movimientos en círculos — August nos engañó a todos. Todos fuimos víctimas de ese hijo de puta.

— Necesito saber que están bien. Que ellos no han corrido con la suerte de Alex — le suplico.

— haré hasta lo imposible por conseguirlos.

Aferro la manta que me colocaron al llegar la ambulancia y veo a mi alrededor. Las personas se mueven de un lado a otro, las cintas amarillas están en casi todo perímetro y los forenses examinan los cuerpos sin vida. Los cuervos que están arrestados son despojados de sus máscaras. Un jadeo colectivo se escucha cuando los exponen frente a la prensa y a las autoridades. Al no ser residente de esta isla se me dificulta saber quiénes son, a mi lado Ernesto está atónito y no emite ni una palabra por más que insista en que me diga.

Una oficial que nunca vi en la delegación se acerca hasta donde nos encontramos — Lamento mucho lo que ha pasado señorita Montt, no debe ser fácil atravesar todo esto. Soy Emert Flintstone agente especial del FBI. Necesito que nos acompañe — la detallo a fondo. Está vestida de forma diferente a los demás agentes, su piel color canela contrasta con su camisa blanca y el chaleco antibalas negro. Sus pantalones azules y sus zapatos negros lo hacen parecer alta y estilizada.

— Ella no se encuentra bien, por ende, no declarará. Hoy no — replica Ernesto

— Tiene que hacerlo, entiendo que no es el mejor momento, pero de ella depende mi has cosas. Muchas personas

— ya dije que...

— Está bien — me paro quedan frente a la agente — iré con usted

— Te prometo que allá estaré — dice Ernesto.

Asiento siguiéndole el paso a la agente. Ella me abre la puerta trasera de un auto blanco y yo entro en silencio. Desde mi posición puedo ver cómo se llevan a Silvio y a Mónica esposados. Espero y ellos puedan salir ilesos de toda está mierda. El auto emprende su viaje fuera del bosque, fuera de toda esta pesadilla que estuvo a punto de acabar conmigo. Suelto un suspiro cansado apoyando la cabeza en el vidrio de la ventana, viendo cómo la noche se traga el camino. Espero que August sea capturado y las autoridades puedan encontrar a mis padres, es lo único que pido.

Los minutos pasan a cuenta gota, la noche se hace eterna y la espera es una maldita daga clavada en lo más profundo de mi alma que me mantiene en la desesperanza. Aunado a esto, el silencio en torno a mis padres y a toda esta situación me hace querer saltar y correr por la calle en busca de mis padres. Este silencio me está matando.

El Silencio Del Cuervo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora