Capítulo 22

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— No cabe duda, la guardia civil está implicada en todo esto, es imposible pasar desapercibido este lugar, que claramente es un lugar de sacrificio— oigo decir a Mónica. Yo sigo petrificada en el mismo lugar.

Delante de nosotros y entre la maleza del bosque se encuentra una roca tallada con símbolos indescifrables y dibujos de hombres degollando a personas, la misma, tiene sobre ella restos de sangre seca y barro incrustado. Sintiendo que el miedo se apodera de cada célula de mi cuerpo me voy acercando junto con Mónica, Alfredo, Silvio y sus hombres hasta estar de frente en la roca. Desde nuestra posición podemos distinguir las figuras que ahí se encuentran, entre ellos, el que se repite varias veces y predomina es el símbolo que vi en el brazo del cuervo.

La voz de Silvio nos saca a todos del shock que generó dicha imagen — La señal dice que es aquí. Pero, ¡no veo nada! Busquen debajo de las piedras si es necesario, el Stingray jamás se equivoca. Moveos, ¡ya!

Como si su palabra fuera ley, todos nos ponemos a buscar cualquier pista que nos dé certeza que hay alguien aquí, mejor dicho que ese desgraciado está aquí. Con el corazón latiéndome desbocado doy varios pasos hasta situarme detrás de la roca de sacrificio.

Mónica se coloca a mi derecha y comienza a explicar: —Se decía que los paganos nórdicos hacían sacrificios humanos ofreciéndoselos a los dioses y espíritus. El Blóta que era como antes le decían a los sacrificios, era según adorar con eso. Lo que no entiendo es porque utilizan a Odín.

— No entiendo nada Mónica, estoy tan confundida. No sé qué es todo esto, que tiene que ver la mitología nórdica o con qué propósito hacen sacrificios humanos. Tampoco entiendo que tiene que ver los cuervos en esto. Por qué los utilizan, que propósito tienen

— Ya sabes lo de los cuervos— siento —Bueno, se decía que Odín tuvo que sacrificar su ojo derecho para beber del pozo de Mimir y así adquirir la sabiduría universal, tenía el don de ver el futuro de los hombres. Tal vez de ahí el tatuaje— se encoge de hombros

— Corrígeme si estoy mal, eso quiere decir que los cuervos tienen como finalidad hacer sacrificios para venerar al dios Odín, que les concederá sabiduría ¿cierto? — Asiente pensativa— lo que no entiendo es ¿por qué se bebían la sangre? ¿Por qué la gente de color?

— Cada cabeza es un mundo Agatha, tal vez lo que no tenga relevancia para nosotros, es transcendental para ellos. ¿Quién sabe?

— En eso tienes razón. Pero cada quien elige el camino que desea recorrer, todos sabemos que está el bien y el mal, y que el mal nunca dura mucho, entonces ¿Por qué lo eligen?

— Ahí es donde volvemos a mi punto. Y lo que para ti es malo, para ellos es solo un propósito para un fin. No puedes obligar a nadie a qué actúe de forma correcta Agatha, no todos piensan igual. No todos son buenos. No sé si has escuchado el dicho que dice que para que exista la luz tiene que haber oscuridad, pues así pasa con la vida, para que exista gente buena, tiene que saber lo que hace la mala.

Medito sus palabras unos segundos hasta que el grito de uno de los gorilas de Silvio hace que mi mirada se encuentre con él haciendo señas para que nos acerquemos hasta donde está arrodillado. Sin prestarnos atención empieza a sacar enredaderas y hojas grandes. Corro con Mónica a mi derecha y tenemos que mirar dos veces el lugar para saber que ahí hay algo, y que ese algo está a punto de llevarnos con mis padres. Oculta entre las enredaderas se encuentra una cubierta de metal estilo búnker subterráneo. Mario, que es así como se llama el gigante, utiliza toda su fuerza hasta que logra abrir la compuerta que nos da el acceso a lo que sea que allí de encuentre. Luego, saca su teléfono móvil activando la linterna e iluminando hacia abajo

El Silencio Del Cuervo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora