·18·

4 0 0
                                    

Habían pasado varios días desde esa fiesta, de su discusión con Nicole y nada había cambiado. Ahora cada vez que él salía del trabajo y cruzaban miradas por unos instantes desde su auto podía verla sonriente como solía estar siempre y eso le partía el corazón. Ahora él la miraba con ojos perdidos y tristes a lo lejos, pero cuando ella lo nota su sonrisa se desvanece lentamente al verlo allí a la distancia. Un nudo es su pecho y estómago se le formó cuando notó cómo se apagaba, quería hablarle, ir con ella, pero pensó que sería mala idea. Nicole alcanzó a hacer una pequeña mueca de tristeza y se giró para seguir trabajando mientras que Thomas eligió marcharse, sería lo mejor. 
Hace tiempo que esto estaba así y su mente lo torturaba día tras días al igual que su herida abierta, no se sentía en paz. Al llegar a su casa se dejó caer en el sofá rendido y agobiado por todo. Sabía que si la llamaba no le contestaría o lo evitaría como todo este tiempo cuando daba la intención de acercársele. Sabía que se lo merecería, se lo merecía por lo ocurrido. 
Aún recordaba la pelea con detalles; las palabras que había dicho y los ojos tristes de Nicole como también lo perseguía su propia frase ''después de todo no somo nada más que conocidos ¿no es así?'' .  Maldecía cada vez que lo recordaba, necesitaba alguien que lo ayude, que lo guíe en esto así que se subió al auto y manejó hasta la casa de Arthur.
Una vez allí, cuando éste abrió la puerta Thomas dio un suspiro leve antes de hablar.

—¿Tienes tiempo para un amigo estúpido? 

Arthur asintió y lo dejó pasar. Cuando se sentaron en el sillón se dedicó a escuchar todo lo que tenía que contarle sobre lo que sucedió en la fiesta con Nicole. Al revivir todo en palabras se sintió más abatido de lo que se venía sintiendo anteriormente luego de aquello. 

—Vaya, amigo. Eso fue inesperado ¿y ahora qué harás?

—No lo sé, cuando la veo ella me evita o se apaga, y sé que si la llamo sería en vano y si voy a verla a su casa haría lo mismo. Por eso necesito algún consejo, hermano. No sé qué hacer.

El silencio apareció en la sala, parecía que su alma se marchitaba cada vez más con el paso de los días y notaba como los ojos de su mejor amigo intentaban hablarle de alguna manera, pero ningunas palabras salían de su boca, solo unas leves palmadas en su espalda como para darle ánimos. Si bien no buscaba eso, de cualquier manera lo necesitaba, se sentía un poco mejor. El silencio permaneció un tiempo más hasta que, entonces, a Arthur se contó sobre una idea que se le había ocurrido. 
Estaba inseguro al respecto y preocupado pues no sabía si funcionaría muy bien, pero de cualquier manera la aceptó. Después de todo, por algo había visitado a su mejor amigo y había pedido su consejo. Pasó un rato más que Arthur logró distraer a Thomas entre charlas y juegos de play station para que no pensara tanto hasta que finalmente, regresó a su casa y se acostó a dormir mientras en esa vigila antes de alcanzar el sueño pensaba poner en marcha el plan de Arthur al día siguiente, esperando que funcionase.

Por una corazonadaWhere stories live. Discover now