·49·

4 0 0
                                    

El año había pasado y hacía unos pocos días que Sam había cumplido ya sus dos años, les parecía que el tiempo se pasaba muy rápido. Ese día irían de picnic los tres ya que era domingo por la tarde y deseaban disfrutar del brillante cielo azul y su sol, llevaban sándwiches para los dos, yogur y gelatina de fresa para Sam junto a la bebida para los tres. El calor apenas se podía sentir y muy pocas nubes se encontraban en el cielo, era ideal. 
Al llegar allí colocaron la manta en el césped del parque que se encontraba cerca y comieron mientras jugaban con su hijo y sus juguetes al mismo tiempo. Thomas lo subía a sus hombros luego y lo hacía volar mientras Nicole desplegaba sus brazos como las alas de un ave y volaba con ellos, los seguía. La risa de Sam alegraba sus corazones y el domingo familiar, amaba ver cuánto se divertía su hijo con él y Nicole y sobretodo, que nunca dejara de sonreír, salvo cuando tenía hambre o le dolía algo muy rara vez.
Ya una vez que Sam se durmió luego de un rato de puros juegos lo recostaron en la manta y ambos hicieron lo mismo, pero de lado para verse a los ojos mientras en el medio estaba su hijo. Hablaron un tiempo, incluso hasta rieron de varias anécdotas y por momentos Thomas dejó de hablar más tiempo a Nicole para poder admirarla con sus ojos de enamorado y escucharla con entusiasmo a la vez que ella sonreía mientras dejaba que las palabras salieran de su boca como, según Thomas, un dulce poema sin fin que lo volvía loco. Sabía muy bien que podía estar así por horas, le gustaba mucho oírla hablar de sus ideas o lo que fuere que tenga que contarle, le parecía hermosa haciéndolo e incluso en sus pocas peleas de pareja lucía hermosa cuando arqueaba las cejas marcadas y fruncía su nariz mientras abría sus ojos. Hubo un silencio entre ellos muy agradable por un instante.

—Cariño, quiero preguntarte algo —Thomas asiente con una sonrisa—. ¿Qué piensas —miró a su hijo— sobre tener otro bebé?

No se esperaba esa pregunta en absoluto, pero de igual manera le agradó.

—Pues me encantaría que tengamos otro, y también me alegró que me lo preguntaras ya que lo venía pensando.

Ella le sonrió con amor, encontrando en sus ojos el brillo que siempre amaba encontrar. Luego de un tiempo volvieron a la casa, esta vez le tocaba a Nicole cocinar así que mientras Sam dibujaba y jugaba con los juguetes Thomas tomaría una ducha. No había pasado más de quince minutos cuando el salió con el pantalón pijama y su musculosa gris secándose el cabello con la toalla. Se acercó a Nicole y la abrazó por detrás aprovechando besar su cuello para quedarse viéndola.

—Oye, ¿has visto el dibujo de Sam que hizo recién?

—No, cariño. Vamos a ver.

Dejó la toalla a un lado del sillón cerca de donde estaba su hijo y recogió el dibujo en el cual se encontraban los tres y alguien más; un bebé. Thomas observó con una sonrisa de confusión y pensó que tal vez Sam habría oído la conversación de los dos de hoy en el parque, entonces Nicole se apareció.

—Sammy, dale ''eso'' que te di a papi, ¿quieres?

Ahora en la mano de Thomas hay una ecografía del día anterior, la euforia lo invadió junto a su sorpresa.

—¿Por... por eso me preguntabas lo del bebé hoy?—Nicole asiente con lágrimas en los ojos. Thomas hace un pequeño baile de victoria que los hace reír a ella y su hijo y les da un beso a cada uno mientras los abraza—. ¡Vamos a ser padres otra vez! ¡Sammy, vas a ser el hermano mayor!

El niño emitió un grito de felicidad y Nicole volvió a besarlo felizmente, pues tendrían nuevamente un bebé, Sam sería hermano mayor y no podía haber más luz en sus vidas. ahora ella tenía nueve semanas de embarazo y él podía sentir cómo poco a poco la fortuna le volvía a sonreír una vez más con esa sorpresa.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 28, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Por una corazonadaWhere stories live. Discover now