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El Spring Term había empezado hace un mes atrás y ya se encontraban en el día de San Valentín, Thomas se hallaba dando clases. Parecía que a sus alumnos les llamaba mucho la atención el origen de cada celebración, lo que a él lo hacía sentir feliz por la curiosidad hacia el aprendizaje.
Al terminar el horario de trabajo se cruzó al trabajo de Nicole donde la saludó con un corto beso y también saludó a sus clientes que luego de años ya lo conocían.

—No olvides la cena de esta noche, cariño.

—Descuida, no lo he olvidado. Ahora ve que tengo clientes que atender.

Rió y se despidió de ella y los clientes para así irse a alistar a la casa.
Cuando se estaba secando el cabello listo para vestirse llegó Nicole y luego de un ligero coqueteo se bañó. Thomas se vistió con una remera color granate y una campera blanca junto a unos zapatos de color negro igual que sus jeans mientras que Nicole usaba un caso marrón con una remera blanca con frases y unos jeans negros como sus zapatos de tacón. Sus pestañas estaban rizadas y sus labios de color carmesí. Estaban listos para marcharse. 
No tardaron más de diez minutos en llegar al Hard Rock Café y al cabo de una hora y media habían cenado. Ya terminando el postre y entre charlas y risas, Thomas le entrega una caja roja con un listón, Nicole al abrirlo ve que son unos aretes de margaritas con un pequeño pendiente en el centro. Ella, emocionada con tal belleza, lo besa agradeciéndole.

—Perdón, Thomas, me olvidé tu regalo en la casa.

—Está bien, ahora estoy más ansioso por verlo.

Le regaló una sonrisa para calmarla y terminaron de comer, pagaron y volvieron a la casa al fin.
Una vez en la habitación, Thomas se sentó en el borde de la cama para quitarse sus zapatos preguntando con curiosidad por el regalo de Nicole para él. Ella luego de colocarse su pijama con una sonrisa en sus labios le entrega una caja que sacó de la mesa de noche junto a la cama. Mientras ella lo observa, Thomas le saca el listón y la abre; allí ve unos zapatos. Ríe de la ternura que éstos le causaban y ve que uno de ellos tiene un papel en el que se podía leer las palabras ''Hi daddy''. Su risa dejó de escucharse y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, ahora en sus labios había una sonrisa y en su rostro la sorpresa. La miró fijamente.

—Nicole, tú... esto es... ¿estás... estás embaraza? —podía ver en los ojos de ella lágrimas junto a una amplia sonrisa ver cómo con su cabeza asentía. 

—Así es, tengo ocho semanas.

Thomas se levanta de la cama de repente y la abraza haciéndola girar, besó cada rincón de sus labios.

—¡Vamos a ser papás! ¡Voy a ser papá! ¡Nicole, tendremos un bebé!

Rieron de la alegría mientras lágrimas se escurrían por sus mejillas. Thomas cayó de rodillas y la abrazó rodeando su cintura con sus brazos, había empapado un poco su pantalón pijama con sus lágrimas mientras besaba su vientre. 
Al levantarse besa su frente y vuelve a abrazarla nuevamente.

—Es el mejor regalo que me has dado, cariño.

Su vida ahora parecía tener más luz de la que ya tenía teniendo a Nicole a su lado, ahora un bebé crecía en el vientre de la mujer de su vida. Pensó que la vida no podía ser más maravillosa o cómo él podía tener tal suerte. Ya acostados hablaban sobre el bebé, la emoción era tal que no podía dormir pues la idea de ser padre lo entusiasmaba tanto que era imposible pensar en otra cosa. Aún faltaba para la primer ecografía, pero la esperaba con ansias. Anhelaba conocer al bebé.

Por una corazonadaWhere stories live. Discover now