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Septiembre estaba por llegar y las vacaciones estaban terminando lo que significaba que las clases volverían pronto. Ese día era el último fin de semana de vacaciones y era sábado por la tarde. Thomas y Nicole estaban hablando por celular organizando su noche ya que pensaba quedarse a cenar y tal vez a dormir en la casa de Nicole pues al otro día no trabajaría ninguno de los dos. Una vez finalizada la llamada y con todo planeado se dio una ducha para luego salir con su auto, estaba anocheciendo. Antes de llegar a la casa compró un buen vino para la cena y llegó a su casa luciendo una remera de mangas cortas algo ajustada de color blanco y unos pantalones grises con zapatillas negras. Nicole abrió la puerta y le sonrió cuando él le enseñó el vino para la cena para así entrar luego de un beso de bienvenida. 
Ambos cocinaron juntos y ya era oficial que era algo que amaban hacer juntos. Mientras preparaban la lasaña charlaban y reían de a momentos, le parecía que hacer algo tan rutinario como cocinar se había vuelto fascinante y lo mejor del mundo, era como su compañera y eso le encantaba. Cada tanto un abrazo o un corto beso se les escapaban con el otro y momentos más tarde ya estaba lista la cena y se sentaron a comer al fin. 
La comida había quedado exquisita y el vino era delicioso, para Thomas, la cena perfecta. Continuaron hablando un tiempo más.

—Quiero enseñarte algo —se dirigen hacia el living donde está el piano—. Quiero enseñarte una canción, quiero que sepas algo.

—Muy bien, señorita, tiene toda mi atención.

Terminó de decir dándole una sonrisa sentándose en el sofá junto a ella. Nicole, algo tímida por su gesto comenzó a tocar y cantar con dulzura como solía hacerlo ''andante, andante'' mientras que por momentos lo miraba y observaba cómo la oía cantar, Thomas podía entender el significado de la letra palabra por palabra que cantaba Nicole y sus ojos comenzaron a brillar haciéndola sonreír dulcemente otra vez. Al terminar se acercó un poco más a él.

—Por favor, no lo hagas —dijo refiriéndose al final de la canción.

Thomas tomó a Nicole de los brazos con gentileza para ponerse de pie con ella envolviéndola en sus brazos y así comenzar a besarla. Ella lo acercó más y entonces la velocidad de los besos fue en aumento poco a poco y como en un cuento de hadas la tomó entre sus brazos sin dejar de besar llevándola a la habitación para luego dejarse caer junto a ella en su cama. Las ropas comenzaron a pesarles y así desaparecían hasta al fin poder contemplar sus cuerpos. Él pensaba que era toda una obra de arte jamás vista, cada fracción de su cuerpo era de porcelana fina  y él deseaba ser su escultor. Volvió a besarla y a enredarse en sus brazos hasta entrar en su terreno con suavidad de a poco aumentando el ritmo mientras el placer salía de sus bocas y besarse de a momentos. Ahora encima de él y ambos sentados el ritmo siguió en aumento un poco más mientras tocaba su cabello y por efímeros segundos sus ojos se clavaban en los suyos como dos flechas en un corazón puro y deseoso para sonreírse. La pasión continuó hasta que sus cuerpos cayeron rendidos junto al otro. Thomas se acercó suavemente a ella y le dio un tierno beso en los labios mientras las sonrisas de ambos se escapaban en éste. Nicole, mirándolo ahora a los ojos con ternura acarició su mejilla para luego quedar abrazados y así finalmente caer en brazos de Morfeo. Él mientras la abrazaba por detrás besó su hombro y se escondió en su cabello y su aroma floran mientras aún sonreía pensando que era otra de las mejores noches de su vida pues ahora tenía boleto de primera fila para dormirse y despertarse junto a ella y también conocerla sin sus pétalos. 

Por una corazonadaWhere stories live. Discover now