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Estaban instaladas las vacaciones de verano y tenía seis semanas libres en las que amaba la idea de que las disfrutaría junto a Nicole o esa era su intención. Era sábado por la mañana y estaba vistiéndose —camisa fresca azul marino con mangas cortas, pantalón verde olivo con mocasines café y su reloj en la muñeca izquierda—, una vez que se terminó fue a buscar a Nciole porque ese día irían a la exhibición anua de Flores en Hampton Court Palace Garden pes ella siempre iba. Al ser florista y amante de las flores nunca faltaba a ninguna exhibición y se sentía complacido por acompañarla. 
Una vez que ella subió al auto se dirigieron hasta allí, luego de un corto beso como saludo él la observaba de reojo lo bella que estaba luciendo su vestido de lirios blancos y un fondo verde oscuro largo hasta las rodillas y hombros descubiertos con un cinturón negro en la cintura definiéndola junto a tacones rosa pastel. Sus ojos lucían hermosos junto a sus largas pestañas y sus labios tenían un toque algo rosado rojizo. Simplemente una modelo para él. 
Ya en la exhibición Nicole iba de la mano de Thomas haciéndolo reír con su entusiasmo por las flores, y en el entrelazo de sus dedos con los suyos sentía todo su amor. Escuchaba todo lo que ella le contaba sobre las flores y lo bellas que se verían tales flores con otras para un ramo o el estilo que podría llevar el ramo. Cuando continuaban paseando por allí fueron a buscar algo para beber y así seguirían su camino por alrededores, entonces el celular de Nicole sonó y ella atiende. Solamente palabras como ''Sí, claro'' y ''está bien'' salían de su boca hasta colgar.

—Thomas, debo decirte algo —con una sonrisa Thomas deja su bebida a un lado y la escucha—. Había otra razón por la que quería que vinieras conmigo hoy aquí —suspiró—. Mis padres están aquí. Ya sabes, mi madre también fue florista y amantes de las flores como yo, y mi padre siempre nos acompañaba a ambas. Por favor, no te enfades, solo pensé que sería lindo que se conocieran al igual que yo conocí a tus padres.

—Nicole, no tengo ninguna razón para enfadarme, es más me encantaría conocerlos y será todo un placer —dijo ya perdido en su sonrisa dulce y ojos avellana, pero no podía negar sus nervios.

Thomas dejó que tomara su mano y luego de besarla lo guió hasta donde estaban sus padres, ahora sus suegros, de igual manera estaba feliz ya que la familia lo era todo para él aunque sus nervios lo matasen, pero al ver su sonrisa en su rostro se sintió un poco aliviado. Se admitía para sí mismo que temía por lo que dirían de él pues se notaba un poco que era mayor que ella, tal vez no aceptarían eso, tal vez no lo aceptarían para su hija y eso temía. 
Llegaron a una parte del lugar donde había unas mesas cerca de una pequeña cascada y luego de un instante ella saludó alegremente a un hombre algo más bajo que él con cabello castaño un poco calvo y ojos azules ocultos tras lentes y a una mujer rubia muy parecida a Nicole a diferencia del color de cabello, se dio cuenta que eran sus padres. Sus, ahora, suegros.

Por una corazonadaWhere stories live. Discover now