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Luego de la cena, el cantante de la banda que tocaba en el crucero anunció que se acercaran todos a la pista bailar por el homenaje al Jazz y Blues y cuando Thomas, Nicole y varias parejas se sumaron a esto comenzaron a tocar. Al igual que en San Valentín comenzaron a bailar al compás de la música  y cada tanto él la hacía girar o la dejaba caer mientras la sujetaba por la espalda, él podría oír su melodiosa risa junto a la suya como una obra maestra mientras bailaban al son. Cuando la trajo hacia él le susurró lo  bella que se veía para que luego Nicole estrechara sus labios con los suyos seguido de posar su cabeza en su hombro. Se sentía volar. 
Ya terminada la canción de parte de la banda todos aplaudieron y se sentaron mientras que la banda volvía a tocar una nueva canción para el ambiente. Al momento que ella se giró para ir a sentarse a su mesa con él Thomas toma su mano.

—Acompáñame un momento.

Le dijo y ella lo siguió. 
Subieron unas escaleras y llegaron a una pequeña azotea  que el crucero tenía para los turistas. Ella se deslumbró con la hermosa vista que tenía Londres esa noche del London Eye lleno de luces al igual que varios edificios a la distancia. Thomas se acercó a ella.

—¿Estás disfrutando la noche?

—Es una noche increíble, Thomas, en verdad lo es.

Pausa momentánea.

—Nicole, ¿me amas tanto como yo a ti?

—Oh, Thomas, te amo con cada parte de mi alma y mi corazón.

—¿Sabes? En momentos así pienso que mi destino era conocerte —le dijo mirándola al fin, ella le dio una sonrisa que lo contagió—. Y sé que mi corazón te amó desde el primer día, tu amor no lo había conocido antes y me partió en dos cuando así fue. Has iluminado cada rincón de mi vida con tu luz y alegría, iluminas cada parte de mi ser y desapareces todas mis sombras pues tú conoces cada línea de mi mano y el sentimiento que nos une. Quiero que sepas que tus ojos son mi cielo.

Nicole tomó sus manos sin dejar de mirarlo a los ojos con emoción en ellos.—Es imposible no amarte cuando dices estas cosas tan bonitas— Thomas sonríe.

—Entonces, ¿me dejarías seguir diciéndotelas todos los días de nuestras vidas? 

Nicole deja que su sonrisa se borrara un poco notando que Thomas aún sonreía mientras se arrodillaba para luego sacar una pequeña caja azul oscuro y abrirla dejando lucir un anillo de oro amarillo con un diamante en el centro que parecía ser de 18 kilates y a los lados pequeños diamantes. La miró a los ojos con profundo amor y esperanza.

—Nicole Ruten, ¿me dejarías seguir diciéndote esas palabras y entregar toda mi vida y amor para toda la vida?

Los ojos de Nicole estaban vidriosos y en sus mejillas las lágrimas caían lentamente mientras una gran sonrisa de felicidad se encontraba en sus labios, en sus ojos vio la respuesta.

—Por supuesto que sí, Thomas. Para siempre y en otras vidas también.

Él, con su felicidad a un nivel inexplicable, se levantó con una sonrisa y así le colocó el hermoso anillo en su dedo que ahora pacería que hubiera sido diseñadora para ella. La alzó en sus brazos haciéndola girar un poco mientras reían de la emoción y segundos después la bajó. Nicole tomó el rostro de Thomas entre sus manos y besó sus labios para luego ser atraía por él entre sus brazos dejando que le beso dure un poco más. Ahora sentía que su vida iba a ser más increíble pues no podía haber encontrado una mujer más ideal para compartir su vida.

Por una corazonadaWhere stories live. Discover now