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El año terminó y otro empezó, el invierno seguía por poco y se acercaba la primavera. Era domingo y también el cumpleaños número 25 de Nicole. Estaba muy feliz de pasar junto a ella su día y no podía estar más agradecido por eso, además ya le había comprado su regalo y esperaba a la noche para dárselo pues irían a cenar junto a su familia así que ya estaba por bañarse cuando separó en su cama lo que iba a usar y se bañó. 
Al terminar ya listo, se vistió con una camisa blanca y una corbata con finas rayas negras y blancas junto a un saco y un pantalón gris oscuro, además de zapatos negros. Se dio los últimos toques y se guardó el regalo de Nicole con él, al ver la hora fue por ella.
Cuando la vio salir de su casa apareció tan bella como siempre sacándole unos suspiros; tenía un enterizo largo negro y ajustado al cuerpo con un escote en V, tacones negros y un tapado peludo blanco con su cartera en mano color carmesí al igual que sus labios, maquillaje ligero en sus ojos, pero aún así los resaltaba. Le mencionó lo maravillosa que se veía junto a un ''feliz cumpleaños, cariño'' y un beso en sus labios para luego ir al auto.
Pocos minutos después llegaron al restaurante italiano favorito de Nicole donde los esperaban. Se sentaron allí y comieron a gusto, entre ellos charlaban y reían también. Las anécdotas volaban por la conversación mientras Thomas tomaba por debajo de la mesa la mano de Nicole acariciándola suavemente, cuando ella comenzaba a hablar se le quedaba mirando como un tonto, como si sus palabras tuvieran magia. Una hora más tarde el mesero trajo un pequeño pastel de cumpleaños de parte del restaurante, cuando todos comenzaron a cantarle el feliz cumpleaños podía ver cómo su rostro se iluminaba de felicidad y sus ojos llenos de emoción.

—Pide un deseo, cariño.

Le dijo Thomas cautivado por su ternura, ella lo miró con una sonrisa dulce en sus ojos y seguido de esto cerró los ojos y apagó las velas, acto seguido de que todos aplaudieran. Sus padres la saludaron y entonces él tomó su mejilla y posó un corto, pero tierno beso en sus labios felicitándola. 
Comieron el pastel, el cual sabía delicioso, y continuaron la plática anterior un poco más. Al rato sus padres le entregan su regalo; un hermoso perfume con aroma a rosas. Ella les agradeció con un abrazo y una sonrisa como siempre. Hasta que llegó el momento, Thomas sacó una pequeña caja de su bolsillo dentro del saco y se lo entregó anhelando que le gustara. Nicole la tomó en sus manos y al abrirlo sus ojos volvieron a brillar llevando una de sus manos a su boca sorprendida.

—¿Te gusta? —preguntó al ver el collar con el dije de una rosa en su mano—. No conseguí ninguna con una peonía pero...

Ella lo besó interrumpiéndolo.—Es perfecto, Thomas. ¡Gracias, gracias!

Se tomó la molestia de enseñárselo a sus padres quienes quedaron tan fascinados como ella al verlo y también felicitando a Thomas por haber elegido un regalo tan bonito. Se había lucido. Ella se colocó el collar el cual lucía precioso en su cuello, como su hubiera sido perfecto para ella. Le quedaba más hermoso de lo que imaginó cuando lo había comprado para ella.

—No pienso quitármelo nunca.

Le respondió mirándolo a los ojos creando un pacto sellado en sus miradas, y así continuó la noche para ellos.

Por una corazonadaWhere stories live. Discover now