✨Capítulo 15✨

5.7K 306 18
                                    

Es inconcebible lo que me está diciendo Nicolás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es inconcebible lo que me está diciendo Nicolás. ¿Qué su nuevo socio me quiere como su secretaria personal? ¡Está loco! No hay forma en que yo trate directamente con una persona como él y encima tenga que servirle, permanecer a su lado todo el tiempo, prepararle el café, tomar sus recados. ¡No! Me niego rotundamente.

—Él te pidió como secretaria cuando mi madre mencionó que no trabajabas para mí, sino para el Señor Luis Morales.

—Los dos sabíamos que tarde o temprano se iba a enterar.

—Tienes que rechazarlo.

—Lo haré, pero... eso significaría que perdería el empleo ¿No?

—Es lo más probable. —toma mis dos manos— Prometo que te ayudaré a que consigas otro. Lo importante es que no estés cerca de ese sujeto.

Estoy odiando la idea de quedarme sin empleo, y es que eso cambiaría muchas cosas, entre esas mi salida de la casa de mi padre. No podría costear el alquiler de un departamento, a las justas me alcanzaría para mi alimentación.

Voy a tener que pedirle más tiempo.

—De acuerdo, amor.

Suelta mis manos, lo tomo del rostro y presiono mis labios contra los suyos. Me pierdo entre estos por unos segundos, tenía la necesidad de transmitirle que todo iba a estar bien. Nicolás presiona mis caderas para aferrarme más contra su cuerpo, su erección me maltrata un poco.

Cielos, no es de los que se contiene.

—Vas a tener que pensar en otras cosas... —digo al separarme de su boca— No va a bajarse solo.

— ¿Por qué no regresamos a mi departamento? —su voz suena tan cadente. Dios, este hombre me moja demasiado— Merecemos un buen momento a solas.

—Otro día. —suspira rendido— Ahora tengo que hablar seriamente con Camile.

— ¿Sobre lo que pasó?

—Claro que no. —acaricio su mejilla— ¿Te olvidas de que me hizo un favor? Debo agradecérselo.

— ¿Lo dices en serio?

— ¿No confías en mí?

—Si, pero... —entrecierra los ojos— No sé porque tengo la sensación de que le dirás de todo, menos eso.

—Cree en mí, ¿Sí? —le doy un beso corto— Nos vemos.

Me despido de él con la mano hasta que entro a mi casa. Por suerte, no voy a perder el tiempo en buscar a la susodicha, ya que la veo bien sentada en el sofá, comiendo canchita sin apartar la mirada del televisor. Tengo tantas ganas de arrancarle la cabeza, sobre todo borrar su boca por haber besado al hombre que amo y que es solo mío.

Decido caminar hacia ella, coger el control remoto y apagar el aparato electrónico frente a sus ojos. Camile se incorpora luciendo como una fiera y avienta el plato de cancha al piso.

"En algún lugar del cielo" (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora