✨Capítulo 32✨

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NICOLÁS

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NICOLÁS

— ¿Sergio Torres?

—Así es.

Podría pensar que nuevamente es alguno de sus viejos trucos, que desean que la odie más y que me asegure de que ellos realmente tuvieron algo. El problema es que no han notado mi presencia, no tienen idea de que estoy escuchándolas, por lo que nada de lo que dicen es mentira.

Pero... ¿Por qué? ¿Cómo es que Ángela estaba con él cuando se supone que este recién ha llegado de su viaje? ¿Será que han estado manteniendo contacto todo este tiempo?

—Sabía que ese sujeto se moría por ella.

—Una gran ventaja para ti. ¿No lo crees?

Las dos ríen y yo siento que voy a explotar de la rabia por estos celos que me carcomen al imaginarlos juntos, cenando, sonriendo y... ¡Aj! Inhalo y expulso aire antes de romper todo a mi paso. Ojalá que mi madre no venga a buscarme porque soy capaz de mandarla a la mierda.

—Por lo menos, no hablo mucho con su padre. —menciona Camile— ¿Te imaginas lo que él haría si se entera de que hace meses sé dónde su hija trabaja?

— ¡¿Cómo?!

Me importó un carajo interrumpir su conversación al saber que estas dos sabían su paradero y lo habían mantenido oculto. Claro, era algo que no les convenía decir, ni siquiera a Michael Ruiz.

—Nico...

—Así que todo este tiempo has sabido en dónde estaba tu hermanastra... —ambas se miran entre ellas y lucen nerviosas— No me sorprende que me lo hayas ocultado, pero... ¿A tu padrastro?

—Ellos mantenían comunicación...

—Si, pero él no tenía idea de cuál era su dirección, ¿O sí?

Ella separa sus labios para hablar, sin embargo, su madre se entromete.

—Esto es un tema que no te compete, Nicolás.

—Se equivoca. Todo lo de Ángela me interesa.

—Vas a casarte con mi hija...

—Sí, pero eso no cambia el hecho de que ame a otra. —me fulmina con su mirada. Poso mis ojos en Camile— ¿Dónde está? ¡Dímelo ahora!

— ¡Jamás! —exclama al borde de las lágrimas— No me lo callé en vano, ni tampoco me arrepiento de haberlo hecho. A fin de cuentas, nos casaremos en unos días. —hago una mueca— Sé que no me amas, pero con tal de que ella no te tenga y yo sí, me doy por bien servida.

Camile pasa por mi lado, levantando su vestido para salir de allí.

—Sino me lo dices, me comunicaré con tu padrastro. —se detiene y su madre agranda los ojos— Estoy seguro de que lo que tengo por decirle, le interesara mucho.

"En algún lugar del cielo" (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora