Venus, tienes algo que no te pertenece.

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Miraba a Milo de reojo, estaba muerto, derrotado como nunca, mis manos sudaban un poco y me mordí los labios ligeramente

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Miraba a Milo de reojo, estaba muerto, derrotado como nunca, mis manos sudaban un poco y me mordí los labios ligeramente. Estaba muy nerviosa y bueno, creo que metí la pata en esta ocasión.

—¿Qué?—. Menciona Milo con seriedad—¿realmente se me nota?—. Abrí mi bolsa y saqué una pequeña botella de plástico llena de mi agua especial para la cruda y se la di. Él la toma delicadamente y me ve extrañado.

—Te ayudará a que te sientas mejor—. Miré ligeramente a la ventana. Por el reflejo del cristal, vi como la abre y se la toma casi de un trago.

—. Por cierto—. Se escucha cómo cierra la botella—. Mi padre me dijo que no quisiste quedarte en la casa, que saliste corriendo—. Abrí mis ojos. Mierda si se dio cuenta, mierda, mierda . Solo con recordar lo qué pasó mientras íbamos camino a su casa, lo qué pasó con él y con aquella caja. Mierda, me siento culpable, pero tenía que actuar lo más natural posible.

Lo volteo a ver sorprendida recordándolo una y otra vez, pero de inmediato negué todo.

—Milo—. Muerdo mi labio—¿te acuerdas cómo llegaste a tú casa?—. Él niega ligeramente y me entrega la botella vacía. Bueno es una ventaja.

—¿Por qué?—.Negué rápidamente ante la pregunta y apreté mis labios para después dejar salir un suspiro.

—Curiosidad, no me dejaste acompañarte así que solo iba a atrás de ti.

—¿Pero por qué mi padre me dijo que te invité a quedarte?—.

—Porque ya era tarde y no sé, Milo ¿por educación?

Abrí mi bolsa para tomar el teléfono y vi la caja negra, volteo a verlo de reojo y él miraba por la ventana. Con mi pulgar abrí aquella caja y miré su contenido, mientras más rápido lo regresé con su propietario más fácil serán las cosas y cualquier Laguna mental será incoherente, solo espero que no me pregunte más de lo que ya hizo o hará el día de hoy.

—Venus—. Suelto la caja y tomó el teléfono rápidamente, volteó a verlo—de casualidad...¿Holy y yo terminamos anoche?—. Mis músculos se relajaron con aquella pregunta. Negué con la cabeza con delicadeza y le puse mi mano en su hombro para que estuviera tranquilo—. Menos mal, pero ¿pasó algo entre nosotros por el cual discutiéramos?—. Suspiré y puse mi bolsa aún lado de mis pies para acomodarme mejor.

—No Milo, tranquilo, solo estás molesto porque se quito la ropa en plena fiesta, pero eso no hubiera sucedido si no...—me quedo callada. <<Si yo no hubiera ido>> Claro que no se lo diría, si lo hago me sentiré peor de lo que ya me siento—Si no hubieran roto el jarrón—. Él asiente con un poco de confusión.

Hacer que me sienta peor no servirá de nada, tengo que checar la forma de poder regresarlo a su casa.

Llegamos al estudio y él se baja rápidamente, ya que habíamos llegado tarde. Baje de la camioneta y se escuchó un sonido crujiente debajo de mi, era una hoja de un periódico,

"¿Época de huracanes?"

Fruncí el ceño al leerlo y negué con  la cabeza, ahorita tengo mejores cosas en qué pensar.

Cuando la tierra conoce a Venus y Colapso (Milo Manheim) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora