Te lo dijo Venus y no hiciste caso.

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Mientras a Milo le cortaban su cabello, yo miraba todos sus contactos. Su agenda era extremadamente grande, incluso más que la de mi tia, cielos. Si cayera en manos equivocadas o incluso si tan solo estos teléfonos fueran publicados,  se escaparía de control todo el mundo de Hollywood. Claramente no lo haré, suena tentador, pero no.

Me metí a las fotos y claramente había fotos de tatuajes, de él con artistas, fotos del cielo, cosas clichés que normalmente hay en esta sección.

—Después de esto tienes que ir al baño, no quiero que te gane de aquí a tu casa—. Expresé con sarcasmo, sin dejar de ver el teléfono. Se escucha una risa sarcástica, pero no pronuncia nada.

En eso le llega un mensaje en su teléfono personal, así que me acerque para dárselo. Me hace un ademán dándome la indicación de que lo dejaría para después. Regrese a mi asiento y seguí inspeccionando. No es nada fácil tratar con artistas. Por mucho o poco que sé acerca de ser un asistente personal es que es sumamente complicado. Las Kardashan por lo que sé, han tenido muchos asistentes y la mayoría de ellos confirma que son maltratados de manera psicológica y verbalmente, que realmente no le desean a nadie ese trabajo y claro que no solamente son de ellas las quejas, la mayoría tiene quejas porque realmente piensan que por ser ellos no se les puede decir absolutamente nada.

Malditos, creo que por eso muchos despreciamos ese medio y más ese tipo de personas, las cuales han nacido en cuna de oro.

Deje el teléfono a un lado y lo observe. Milo bien puede decirle a su madre que no me soporta, que soy un desastre por cómo me suelo dirigir a él sin siquiera tener la confianza de hacerlo. Já y eso que solo estado un par de horas, pero como dicen por ahí, no hay que juzgar un libro por su portada. Lo sé, tal vez tendría que aplicarla, pero su vida está en todos los medios posibles: reportajes, noticieros, revistas, YouTube, todos saben su vida, a este tipo de personas las puedes conocer con un clic, literalmente.

Es increíble que le tengan que cortar su cabello con mucho cuidado, mamon. Tan solo de verlo me estoy quedando dormida, ¿acaso no ven videos de SRM? Hay muchos videos para relajarse de esa manera, así que tome mi teléfono y empece a ver Tik Tok, pero después de un tiempo me aburrí y entré a la App de Facebook, para actualizarme en memes. Todos los días sale algo diferente y es gracioso. Lo bueno de esto, es que no tengo que dar alguna explicación y todo porque, dude, estamos en la misma sintonía. A veces era tedioso enseñarle un meme a mi padre, no suele entender y tengo que explicarle, pero no es malo a veces es gracioso.

—Listo señor Manheim—. Alzo la vista para ver por fin un cambio y entre cierro los ojos. ¿Qué le hizo? ¿Qué le cortó? ¡Nada! Sigue pinches igual de largo. Como diría mi abuela, pásenme una liga y unas tijeras para raparlo bien al mugroso esté.

Agradece y se acerca mi, recojo el teléfono, le entregó el suyo y tomó mis cosas. Checo en la lista de sus deberes, que su madre había programado en el teléfono, pero me llega un mensaje urgente.

—Tenemos que ir a una reunión con los del programa otra vez, al parecer te darán una introducción de lo que tendrás que hacer—. Le mencionó mientras salíamos del lugar, un guardaespaldas le abre la puerta para que pasara y al momento de que yo pasara me cierra en la cara, lo volteo a ver.

—Lo siento señorita, el señor no puede tomarse fotos—. Fruncí el ceño al escuchar aquella declaración.

Siento que a veces la gente si es medio pazguata, porque no se dan cuenta de que estaba con él, dentro de la camioneta para poder venir a este lugar, que pago mucho para que no le hicieran nada en el cabello, lo que a mi perspectiva y en resumen fue una pérdida TOTAL de tiempo. En eso bajan el vidrio y sale Milo.

—Zack, ella es mi ayudante, déjala—. Me abre la puerta y entro enojada, pero sin decir o reprochar nada, pues a veces en el trabajo, es mejor ahorrarse los comentarios. Aunque me duela aceptar es mi jefe y el tronchatoro de enfrente puede hacerme algo si él truena los dedos.

No habíamos avanzado mucho cuando empiezo a sentir aquella mirada pesada y aquella incomodidad que se hace cuando necesitas pedir a algo a gritos. Lo miré con el ceño fruncido su pierna derecha no la dejaba de moverme al igual que no dejaba de tensar la mandíbula, rodé ojos y suspire con pesadez.

—¿Qué necesitas Milo?—. El voltea a verme con brusquedad y regresa su visita a la ventana.

—No, nada—. Entre cerré los ojos y sonreí ampliamente. Creó que puedo saber qué es, así que me acerqué al conductor para poder expresar lo siguiente.

—Oiga sé que tiene mucha prisa? pero Milo tiene una urgencia—. Mira por él retrovisor y después a su colega de a lado ignorándome—.¡QUÉ SE DETENGA, QUÉ QUIERE IR AL BAÑO CARAJO!—. Grité. Sé que dije que tenía que ahorrarme algunas cosas, pero ellos no son mi jefe el cuál tiene una urgencia.

Se estacionaron en un lugar donde él pudiera bajar para poder desahogarse. Sonare como su madre lo cual detesto, pero saborearé aquellas plantas.

—Vamos retratados Milo—. Expresé lo más fuerte que pude y sin voltear— ¡Te dije!—. Esas son—. ¡Qué pasarás antes!—. Solté una pequeña risita al decirlo. ¡Ah, pero qué tal me todo los ojos!.

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Cuando la tierra conoce a Venus y Colapso (Milo Manheim) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora