✨Ella no sabe quien es, desconoce su origen. No confía en nadie más, ni siquiera confía en ella misma. Le cuesta mucho salir de aquella zona de confort. Sus problemas la hacen sentirse mal consigo misma, desconfiando de sus capacidades. No confía...
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No mencioné nada de camino a casa de Milo, ni siquiera volteé a verlo cuando nos saludo desde la zona de espera de los participantes. Esto me pasa por abrirme con alguien a quien es mi jefe y que puede humillarme cuando se le plazca.
Al bajar abrí la puerta de la casa y la dejé abierta para que él entrara, subí las escaleras rápidamente y me encerré en el cuarto que me estarían prestado por un tiempo. Le puse llave y caminé hasta la cama.
Maldita sea, no sé porque un comentario tan x puede afectarme, tanto. ¿Acaso es por lo de la noche anterior? Me tallé la cara tratando de no recordar lo qué pasó saliendo del restaurante mexicano. Mi teléfono vibro y me senté para ver mejor el celular. Era mi tía
*Mensaje*
Tía: en dónde estás? Tía: Tú madre me dijo que no has llegado a casa. 🙄
Me rasqué la cabeza al escuchar aquellas palabras. Suspiré y conteste:
Venus: Ya me salí, conseguí un lugar donde quedárme Venus: como me dijiste, recuerdas? Venus: no te preocupes más por mí
Puse el teléfono en modo avión y lo aventé a un costado, real no quería saber nada ahorita de mi madre, ni de mi mi tía, ni de nadie. Cerré los ojos y me imaginé el lugar que había comprado hoy, sonríe ligeramente al recordar aquel recuerdo con Trevo.
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—Mira—.Entramos y había plantas por doquier, no había piso ni nada, pero el lugar estaba cubierto por enormes ventanas, que podría usarlas como soporte.
Él lo miraba con el ceño fruncido y al ver cada detalle voltea a verme. Realmente estaba apenada por cómo estaba el lugar.
—Realmente costará una fortuna, pero cuenta con mi apoyo, es más mañana podemos ver un fontanero para que empiece arreglar las tuberías para los lavabos, los baños, regaderas—. Me sorprendí al escuchar aquellas palabras—. Este lugar tiene potencial—. Sonreí ampliamente al escuchar aquellas palabras.
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Por fin tengo algo mío y será fantástico. Está en una buena calle y sobre todo le dará ese toque de elegancia al edifico, convirtiéndolo en algo súper top.
Tocan la puerta y me levanto un poco, recargándome de mis brazos.
—Venus, ¿podemos hablar?—. Rodé los ojos y me deje caer. Todo estaba tan bien, pero Milo tiene que venir a cagar mis pensamientos.
—Largo Milo—. Expresé tapándome con una almohada el rostro. Escuchó cómo se abre la puerta y me la quito con rapidez, para cantarme.
¿Acaso se quiere pinché morir? Este tipo lo voy a matar y me valdrá un cojon si estamos en su casa.
—¿Qué carajo?—. Me levante de la cama.
—Necesitamos hablar—. Me mira con seriedad—. No puedes salir con Trevor—.¿Qué? ¿Quién es este para decirme con quién salir o con quién no? Así que tome mi teléfono, le quite el modo avión y le mande mensaje a Trevor ya que me había invitado a una fiesta saliendo del show.
—Observa, señor naranja—. Expresé amenazadora. Le di enviar al mensaje. Me acerqué y lo jalé del su camisa.
—Pagarás por lo de hoy Milo Manheim. Te lo apuesto, porque de verdad no sé qué te pasa con tan repentino comportamiento, pero la humillación que me diste hoy, no lo olvidarás nunca.
Lo suelto y me dirigí al baño donde estaba también él closet, empecé a sacar mi ropa, conectar la plancha, saqué mi maquillaje. Milo entra y lo miro sorprendida ¿qué a este niño no le enseñaron a tocar o la privacidad? Me toma de los hombros y me mira fijamente.
—No lo hagas, —y de un movimiento me sienta en el lavabo—. Te lo digo porque es mi amigo y lo conozco.
Entre cerré mis ojos y me zafé de su agarré. Lo empujé como pude y lo saqué de la habitación.
—¡Me vale Manheim!—. No iba hacer nada, pero con este tipo de actitudes, no van conmigo.
Troya arderá en llamas hasta caer. Ese es mi objetivo además de que él no es nadie en mi vida, solo es mi boleto de salida y muy pronto, cuando lo casa esté lista saldré de aquí y de su vida. No me importa quien sea él, ni lo que haya hecho.
