✨Ella no sabe quien es, desconoce su origen. No confía en nadie más, ni siquiera confía en ella misma. Le cuesta mucho salir de aquella zona de confort. Sus problemas la hacen sentirse mal consigo misma, desconfiando de sus capacidades. No confía...
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—Vaya, lo hiciste bien Milo—. Le expresó el director, dándole una palmadas. Milo sonríe.
—Estuve practicando—. Voltea a verme con una sonrisa que no es devuelta por parte mía.
Al fondo se escucha un pequeño sonido castrante. Volteo ligeramente y era su novia con una goma de mascar. Fruncí el ceño. ¿Acaso no te enseñaron a masticar correctamente una goma de mascar?
Creo que exageraron con eso de mostrarle al mundo quien era realmente su goma digo, su novia actual. Suspiré con pesadez y seguí viendo cómo entrenaban. Lo hacía cada vez mejor. Al parecer tuve razón con lo que le había mencionar acerca de su pasión.
—¿Qué no te aburres de esto?—. Menciona sin dejar de ver si teléfono. —Tal vez te preguntes ¿si me dan celos?—. No, créeme que me vale lo que estés pensando justo ahora—. Sólo pocos, por eso prefiero ver mi teléfono, suelo ser un poco celosa—. Alzo ambas cejas sin voltear a verla.
—¿Enserio?—. Sarcasmo.
—Si, como... la toma del cuerpo es bastante agobiante sabes, la manera en que la ve. Tú sabes—. No, no sé—. Esos celos innecesarios—. Más bien llamaría tú recorrido como una "Visita innecesaria". —Me alegra que vayas a la fiesta—, sonrió ligeramente sin decir nada más.
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—Okay la visita de tu madre es innecesaria y fuera de lo planeado, así que no te vayas a ofender por sus comentarios—. Me menciona mi abuelo con ternura.
Realmente no comprendía porque tenía que ofenderme. Cuando la vi por primera vez, se veía que era aquella mujer que quería conocer a su pequeña hija, que realmente quería saber sobre mi. Realmente era una mujer encantadora. Tes blanca ojos claros, cabello en un todo dorado amarrado en un chongo encantador, ropa elegante. Me acerqué con una sonrisa, mi abuelo solo tenía cara de preocupación. Ella lo único que hizo al duerme fue una mueca de disgusto. Me vuelve a inspeccionar de arriba a bajo y mira a mi tía.
—Quiero que mi hija se quede aquí, no ella—. Mi rostro cambia en automático cuando mencionó cómo ella y miró a mi abuelo. Ahora entiendo sus palabras.
—No. Ya habíamos hablado de...—
—Ya me instale mamá—. Sale una señorita alta de la casa de mi tía, la cual queda impresionada con aquellas palabras. Mi madre sonríe con victoria y yo solamente observé a aquella muchacha que no conocía—. ¿Quién es ella?—. Me ve con disgusto mientras se acercaba. Le estiro la mano, pero solo la observa. Me muerdo el labio y la bajo con cuidado.
—Ella es tu media hermana—. Ambas volteamos a ver a mi tía sorprendidas.
—¿Qué?—. Expresamos al unísono, teniendo como resultado que mi madre cada vez concordaba con aquella mujer que mi padre mencionó.
—Ella no se quedará aquí, no le daré esa ventaja—. Fruncí el ceño y veo cómo aquella niña me ve de arriba a bajo. Aprieto mis labios. Maldita sea, ahora me arrepiento. Soy una visita innecesaria.
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—¡Venus!—. Me saca de mis pensamientos Holy. Me ve extrañada y yo le devuelvo el gesto—. Te dije que me iría—. Voltea a ver a Milo rápidamente para después regresarme la mirada—. ¿Te le quedaste viendo?—. Okay ahora si me perdí por completo.
—¿A quién Holy?—.
—A mi novio—. Esta chica esta bien loquis. Niña capta que estaba en la pendeja, es decir, miraba un punto en específico sin necesidad de hacerlo ya que mis pensamientos me nublaron la vista, como si estuviera viendo la tv sin necesidad de una, claro—. Como sea, dile a Milo que me tenía que ir.
—Okay, pero ...¿y si pregunta a dónde fuiste?—. Alza la vista de su teléfono y se muerde el labio mientras mira hacia el techo.
—Dile que me fui a comprar ropa para la fiesta de hoy, a la que te he invitado —. Já ni loca, a esa fiesta va puro puberto que huele aún a pañaluqui. Ni loca.
—Si, seguro, mándame la ubicación—, para no ir.
—Obvio—. Sonríe ligeramente—. Se la pase a Milo para que te la mande vale, nos vemos—. Solo veo cómo se aleja, rodé los ojos. La mujer suele ser un tanto irritante, pero me mantiene con los pies en la tierra.
Recordar todos aquellos sucesos me hace desaparecer por un momento y revivirlos haciendo que tenga esa misma sensación de pánico llenándome de frustración y tormenta. Fue algo "trágico" porque no era la reacción que realmente esperaba de mi madre. Arriesgué cosas para estar con la persona equivocada.
—¿y Holy?—. Lo miro y veo el celular.
—Se fue a comprar ropa, pero me dijo que te dijera—. Como pinché paloma mensajera—. Que nos ve en la fiesta de esta noche —. Asiente ligeramente y a lo lejos Milo ve a un amigo que al parecer participó con él en su película.
