___ observó al mesero alejarse al otro lado de la barra para tomar la botella de ginebra. La noche estaba llegando al punto más profundo y por fin podría disfrutar de una copa. Un aroma llamó su atención y en la periferia de su mirada notó una masculina figura. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios y cerró los ojos para disfrutar del delicios aroma a loción. La sonrisa se hizo más grande cuando evitó la tentación de mirar hacia el hombre cuya presencia ahora podía sentir con todos sus sentidos. Sintió la sonrisa del hombre incluso sin verlo.
El chico detrás de la barra le entrega la bebida con una abierta sonrisa. Ella gira con calma su cuerpo y su mirada explora tranquilamente al hombre a su lado. Cabello oscuro, barba cuidada, la ropa perfectamente ajustada. Todo parece perfectamente cuidado para que parezca no haber tomado ningún esfuerzo. Sus miradas se encuentran y las pupilas de ___ se abren para observar más de esos ojos miel que tampoco parecen abandonar el rostro de ella. Los rodean unas densas pestañas y debajo de la recta nariz le sonríen unos rosados labios. ___ nota que parecen suaves.
–Ahora veo porqué mi bebida está tardando tanto –dice una voz suave y profunda.
___ lo observa con divertida confusión.
–No puedo culpar al chico, yo también me ignoraría para atenderte a ti –prosiguió él, divertido.
–Entoces quiza deba irme, no puedo permitir que haga mal su trabajo –respondió ___ con una sonrisa.
–Es solo un chico, y tu belleza es imposible de ignorar.
___ rió, incrédula.
–Dime que esta línea no te funciona –dijo divertida.
El hombre rió y giró su cabeza a un lado.
–No puede ser, ¿te funciona?
–Yo tampoco puedo creerlo –dijo él son una sonrisa.
___ notó que tenía una sonrisa hermosa. El chico acercó la bebida al hermoso hombre y se alejó.
–Un consejo, cambia de frase.
Él levantó su bebida y le dedicó una profunda mirada.
–Yo creo que funcionó...
___ lo observó con atención. Su cuerpo quería quedarse con él y disfrutar el resto de la noche pero sabía perfectamente que no era posible. Tuvo que callar la voz que pedía que lo besara, su jefe estaba aquí en algún lugar y la buscaría para seguir conociendo más gente pronto. Con una larga mirada levantó su bebida y la chocó con delicadeza contra la de él.
–Que quede claro que es imposible ignorar tu belleza, y eso no es una línea, es la verdad.
–Salud –susurró ___ y sintió sus dedos rozarse antes de separar las bebidas.
–Salud.... –dijo él en el mismo volumen, sus cuerpos estaban inclinados hacia el otro.
Con toda su fuerza de voluntad, ___ se separó de la barra y con una mirada que probablemente gritaba que no la dejara irse, caminó. ___ sintió la mirada del atractivo hombre en su espalda mientras se alejaba.
***
Ana estaba hablando sobre su visita al médico de esa mañana. Con 4 meses de embarazo ya había pasado el desfile matutino de náuseas y antojos. ___ estaba muy feliz por ella y solo un poco triste porque se ausentaría por unas semanas una vez que el bebé naciera. Todo parecía ir bien con ambos y eso la tranquilizaba, al parecer el periodo de mayor riesgo ya había pasado. Ana cambió la conversación para avisarle que su jefe se acercaba. Ana era la asistente ejecutiva del señor Henry, un trabajo que ___ no envidiaba. Sin ella, Henry Jonas perdería la cabeza entre tantas reuniones y pendientes.
–Quiere presentarnos oficialmente con su hijo– dijo Ana con ese tono que ___ conocía muy bien. La observó con curisidad y leyendo su mente, dijo– Joseph Jonas, doctor recién importado de Oxford, futuro presidente de J&M Co y está tan bueno que si se cae lo recojo del suelo y me lo como entero. No digas que no te advertí.
___ rió con su descripción y le respondió con burla:
–Dudo que Jack apruebe ese último comentario, Ana.
–Oh, podría decirte que son las hormonas de embarazada pero no, el hombre está buenísimo por dónde lo veas y si yo no estuviera felizmente casada, créeme que babearía por tenerlo encima.
___ soltó una carcajada.
–¿O sea que no estás babeando todavía?
–Ríe todo lo que quieras. Jack me daría la razón con un hombre así.
___ observó a Henry acercarse. Detrás de él se acercaba el hombre de la barra.
Joseph Jonas la observaba con curiosidad cuando su padre comenzó a hacer las presentaciones. En silencio se dieron la mano.
–Joseph, conoce a ___. Ella es la encargada del desarrollo de nuevos mercados, por lo que pronto ambos trabajarán muy de cerca. Confío complétamente en que serán el balance perfecto para los nuevos proyectos de la compañía. Joseph es analista de riesgos financieros desde hace años y acaba de titularse como doctor, así que está totalmente preparado para los retos que le tengas en mano, ___.
Ambos se obervaban con complacida sorpresa.
–Encantado, ___ –la observaba con atención y ella le devolvió una sonrisa.
–Igualmente Joseph, bienvenido.
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Be Mean - Joe Jonas & Tú
Fanfiction-Estás tan mojada -gruñó Joseph mientras extendía ambas piernas con las manos. -Desde que te conocí -respondió ____. Un eléctrico encuentro puede cambiarlo todo. Especialmente si no sabes con quién te estás metiendo. La química es innegable y su ca...