XXXIII

543 11 3
                                    

–Que tengas lindo fin de semana, Ana –se despidió ___.

–Descansa, guapa –le sonrió desde su escritorio –Por cierto, Henry está libre el miércoles después del almuerzo, ¿reservo la sala de juntas?

–Miércoles, perfecto. Déjalo Ana, yo misma lo hago el lunes, ya ve a descansar –le dijo mientras depositaba un beso en su mejilla y la abrazaba.

–No es ningún problema, estoy aprovechando al máximo las semanas que me quedan antes de inflarme como globo–le devolvió el abrazo y unos pasos acercándose las hicieron voltear.

–Ana, me voy, descansa –Joseph se detuvo unos pasos atrás de ellas y su mirada se detuvo en ___.

–Miércoles después del almuerzo –le dijo ella con una sonrisa– Ana acaba de confirmarme el horario de Henry.

–Suena perfecto –le sonrió a ambas– El lunes solicito la sala de juntas.

Ana sonrió.

–Yo me encargo, Joseph –respondió antes de que él pudiera decir palabra– Vayan y descansen, la siguiente semana va a ser movida.

Joseph las observó a ambas y asintió.

–Está bien, muchas gracias por todo –su mirada se dirigió a ___– ¿Vas al estacionamiento?

Ella asintió.

–Voy a ir llamando al elevador –dijo con una pequeña sonrisa– Buen fin de semana, Ana.

___ abrazó nuevamente a Ana, que le sonreía abiertamente, antes de dirigirse por el mismo camino.

***

Joseph le entregó las llaves de su auto cuando salieron del elevador y caminaron hacia el Mustang Fastback GT negro estacionado en el extermo izquierdo. ___ sonrió y negó con la cabeza mientras Joseph le sostenía la puerta del conductor abierta.

–Lindo auto –le dijo cuando él dio la vuelta y se sentó en el asiento del copiloto– ¿Seguro que me vas a dejar conducirlo?

Joseph la observó unos segundos y sonrió.

–Podría verte detrás de ese volante por horas pero mi voluntad para no desvestirte aquí mismo se hace más débil a cada segundo.

___ deslizó una mano por la suave piel de la rueda e hizo un sonido de aprobación.

–Voy a necesitar verte manejando este auto en algún momento. Seguramente es todo un espectáculo.

–Cariño, si no nos sacas de aquí pronto, no podré aguantar las ganas que tengo de besarte. Ya he aguantado bastante tiempo.

___ sonrió y le devolvió la profunda mirada antes de iniciar el motor. El sensual sonido de los caballos de fuerza le erizó la piel y exhaló fuertemente.

–Mierda, definitivamente quiero verte conducir.

Joseph deslizó la punta de su lengua sobre su labio inferior y no despegó su mirada de ella mientras los llevaba hacia la salida.

–Pronto –prometió con voz agitada.

___ suspiró y disfrutó del potente motor que los llevaba por la vía rápida. Conocía lo suficiente de autos como para poder apreciar una máquina como aquella. El sonido de los caballos de fuerza, como susurros en sus oídos, y la profunda mirada de Joseph sobre su piel le provocaban una sensación increíble. La cálida brisa de verano entraba por las ventanas y acariciaba su rostro, manteniéndola sobre la tierra.

Aceleró una vez más y una amplia sonrisa se extendió por su rostro. Joseph cerró los ojos, disfrutando de la velocidad y del viento que movía su cabello. Los dedos de su mano izquierda cosquilleaban con ganas de tocar el muslo que estaba a centimetros de distancia, con ganas de acomodar el oscuro cabello que volaba alrededor del rostro de ___. Descansó su codo sobre el borde de la ventana y giró su cuerpo levemente para verla con mayor facilidad. Sus miradas se cruzaron por una fracción de segundo y sonrieron.

Be Mean - Joe Jonas & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora