XXIII

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Joseph rió con felicidad en su oído. Bajó su cuerpo lentamente al suelo y sensualmente fue mordiendo del cuello hacia abajo, alargando más los pezones, lamiendo sus costillas, mordiendo su cintura y luego los muslos. Con rapidez giró el cuerpo de ___, que se equilibró contra el frío cristal.

–Déjalos que vean cómo me disfrutas, hermosa –suspiró mientras subía sus caricias por las piernas. La lengua rozando su caliente entrada de nuevo.

___ siseó de placer y arqueó el cuerpo contra su boca. Joseph jaló con las manos las caderas de ___ hacia su boca y rodeó las nalgas con las palmas.

–Quisiera tenerte en mi boca siempre, ___.

___ gimió su aprobación y separó más los pies. El frío cristal contra sus pezones.

Una experta mano reemplazó la lengua de Joseph y dejó una mordida en un glúteo. ___ lo sintió ponerse de pie contra su arqueado cuerpo. Él la rodeo y jugueteó con sus pechos, su otra mano alzancanzo el clítoris. ___ giró su rostro y lo besó. Con una mano, detuvo las caricias en sus pliegues y luego tomó el hinchado pene entre sus cuerpos. Separó un poco sus piernas del cristal y las abrió. La punta de su miembro acariciaba entre sus glúteos.

–Dámelo duro, Joseph. Quiero que sientan lo duro que me coges y se exciten de la envidia.

–Se van a morir de envidia, ___, si tan solo supieran lo apretada y caliente que te sientes.

La mano de ___ acarició el pesado pene y sus cuerpos se apretaron más. La pesada respiración de Joseph se escuchaba en el cuarto.

–Quiero que nos recuerden cuando se acaricien a sí mismos en la oscuridad.

Joseph tomó su cabello en una coleta y jaló ligeramente. ___ se arqueó y apretó más el agarre en su erección.

–Quiero que recuerdes esta noche cuando regresemos a Chicago, ___. Creeme que voy a ser de esos que se masturben con esta imagen. –susurró en su oido y ___ gimió– Voy a sentir tu mano apretándome así cuando cierre los ojos y voy a desear que estés conmigo. No sé cómo voy a mantener una distancia apropiada cuando este viaje termine.

–No nos tenemos que procupar por eso ahora, Joseph. Por ahora quiero sentirte profundo y duro y quiero que me sientas mojada y temblando por ti.

Joseph cerró los ojos e inhaló su perfume. Con un mojado beso en el cuello, separó la mano de ___ y tomando su cintura, se hundió en su calor. Ambos soltaron el aire en un gemido. ___ colocó ambas manos en el cristal. Las caderas de Joseph la empujaban con fuerza y sin pudor. ___ bajó la espalda y el agarre de Joseph en su cabello la hizo arquearse.

–Abre los ojos, ___. Quisieran estar aquí contigo, escuchándote gemir –le dijo él acaloradamente.

Lo hizo. Observó con ojos nublados hacia abajo, la gente bailando y las luces danzando sensualmente en sus cuerpos. Los movimientos de las parejas la hicieron consciente del movimiento de sus propios pechos brincando pesados con cada profundo choque de caderas de Joseph detrás de ella. El sonido de sus húmedos cuerpos chocando y fundiéndose le erizaba la piel. La piel en su vagina abriéndose más con cada movimiento de la erección de Joseph. Sus testículos tensos, acariciándole el clítoris cada vez que se lo metía. Los gemidos de Joseph llegaban fuertes y claros en su espalda, sus propios labios separados intentando agarrar más aire.

–Sí, sí, así, sí –gemía ___ contra el cristal.

Él aumentaba el frenético ritmo, intentando igualar el de ___ apretándolo con sus músculos internos.

___ notó a una pareja que observaba en su dirección desde una esquina cercana en la pista. Sus sentidos se exaltaron y una mano se movió hacia un pecho, apretando el duro nudo. Cerró los ojos. Ella sabía que desde abajo no se podían ver los rostros, únicamente las siluetas definidas de Joseph y ella. Aún así, dejó que las miradas acariciaran su cuerpo y extendió su mano intentando rodear el cuello de Joseph. Él acercó su rostro y besó la palma, luego apretó los dedos de ella cuando los colocó sobre su nuca. Bajó la mano por el brazo que lo rodeaba y se ocupó del pecho que ___ había acariciado unos segundos antes. ___ enderezó su espalda y abrió nuevamente los ojos, buscando a la pareja en la pista.

Be Mean - Joe Jonas & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora