Be Mean - Joe Jonas & Tú

VI.

La semana pasó entre juntas y miradas largas, roces aparentemente inocentes y muchos pensamientos acalorados. Cuando llegó el viernes, la oficina se quedó vacía pasando la comida. ___ y Joseph tuvieron la última reunión de la semana y despidieron al inversionista con gusto. Ambos sabían que había algo pendiente.

En un silencio cómodo bajaron al estacionamiento y Joseph todo el tiempo mantuvo su mano cerca de la cintura de ___. Su auto no estaba estacionado. Ella le dirigió una mirada divertida.

-¿Es alguna indirecta?

Joseph sonrió abiertamente.

-Soy un hombre muy directo. Quiero prepararte de cenar. En mi casa.

___ los condujo hacia allá y ninguno de los dos mencionó el trabajo una sola vez. Ella estaba complacida con que Joseph no intentara conducir su auto.

El loft de Joseph era tan elegante como había imaginado, muy moderno y masculino. Habían descubierto que se llevaban muy bien. La electricidad entre ambos se palpaba. Dos personalidades tan fuertes resultaban interesantes al estar juntas.

Joseph preparó la cena, deliciosa, ligera. Aprovecharon para conocerse un poco más, ya que realmente no habían tenido tiempo de saber mucho de la vida del otro. ___ se ofreció a preparar las bebidas de ambos. Su especialidad eran el Gin tonic con toronja, romero y canela.

Después de la cena prepararon nuevamente sus copas. Salieron a la terraza para disfrutar del frío nocturno mientras hablaban.  Hablaron de películas, música, libros, videojuegos, viajes, una cosa se mezclaba con otra.

Después de la tercera copa y ya sintiendo más confianza entre ambos, ___ dijo:

-¿Vamos a evitar hablar de esa llamada?

Joseph sonrió y la miro por entre las pestañas. Se encogió de hombros.

-Me gustaste desde que te vi, ___. Creo que es obvio y también creo que te atraigo. Sé que eres una mujer fuerte y que no quieres que esto se entrometa con el trabajo. Estamos en la misma página, así que esto podría ser realmente bueno y no me gustaría que se desperdiciara en tontos convencionalismos. Somos adultos y podemos destinar tiempo al trabajo y también al placer.

-Me alegra que ambos estemos de acuerdo en ese punto -dijo ___- sería inútil fingir que no me hubiera gustado dar un paso más esa misma noche. Y sería mentira decir que saber quién eres afecta en algo cuánto me atraes.

-Exacto -coincidió Joseph- el tiempo que pasemos resistiendo esto solo es tiempo perdido.

-También lo creo -dijo ___ viendo la ciudad.

Joseph colocó la mano sobre la rodilla de ___.

-No perdamos más tiempo. Te dije que ibas a gritar mi nombre.

-¿Lo dices por el sexo telefónico? -dijo ___ con una sonrisa.

Joseph soltó una carcajada.

-Y ni siquiera nos hemos besado.

-Eso lo podemos solucionar en cualquier momento -río ___.

Casi a la media noche, el frío interrumpió su conversación y entraron a la sala. ___ fue al baño a refrescarse y cuando salió vio a Joseph cerca de la ventana. Se acercó a él y pasó los dedos por su cabello. Cuando él giró, lo besó con calma. Él la tomo de la cintura y del cuello, profundizando el beso. Pronto, ya habían llegado a la mesa. Ella se sentó encima y Joseph se colocó entre sus piernas, presionando sus caderas contra ella.

Entre gemidos fueron cayendo al suelo la camisa de él y los zapatos de ella. ___ cruzó sus piernas por la cintura de Joseph y cargándola la llevó al sillón. Se colocó encima y acarició su cuerpo por encima de la ropa. Luego quedaron sentados, ella encima de él, y le besó el cuello mientras él desabotonaba su falda. La levantó y acarició sus nalgas antes de quitarle la falda. Ella bajó las piernas y empujó a Joseph al sillón. Él se deshizo de sus zapatos, cinturón y ___ desabotonó el pantalón, exhibiendo su bóxer. Joseph se levantó para atraerla a su cuerpo y ___ bajó por completo el pantalón.