El martes por la tarde viajaron Detroit y en dos horas ya estaban registrando su llegada al hotel. Ana tenía razón, la suite de ___ era enorme. Tenía que agradecerle por el gesto. Le escribió un mensaje en cuanto estuvo en el balcón.
___ Hayes [18:01]: Registrados y en nuestras habitaciones, plural.
___ Hayes [18:01]: ¿Suite? Innecesario. No es queja, al contrario.
Ana Laurence [18:08]: Anotado y reportado. El registro, no lo demás.
Ana Laurence [18:08]: Espera a que J la vea, queja va a ser la que me voy a llevar yo. O no.
___ Hayes [18:12]: Haré lo que pueda para minimizar los daños.
Ana Laurence [18:14]: Empieza por invitarlo a cenar. La empresa paga.
___ Hayes [18:15]: Eso está mal en tantos niveles pero de acuerdo. Una chica tiene que comer.
Ana Laurence [18:16]: Acepta lo que la vida te da. Quiero detalles, ¡provecho!
Unos golpes en la puerta la hicieron sonreír incluso más. Joseph rió cuando entró en la suite.
–Por supuesto que sí, Ana tiene sus favoritos.
___ sonrió y tomó su bolso.
–Es un trabajo de años, ¿cena? –preguntó dirigiéndose a la puerta.
Joseph la observó intencionadamente, sentado en la cama.
–Cena –concluyó ella saliendo de la suite.
Caminaron hacia el centro de la ciudad y ___ observó el atardecer reflejarse en los cristales de los edificios más altos. Le encantaba caminar en esta ciudad. Llegaron a un restaurante tranquilo y acogedor y decidieron sentarse afuera para disfrutar de la brisa. No hablaron mucho sobre negocios, en el avión habían estudiado el itinerario y ___ había hecho la selección de conferencias que no podían perderse. Empezarían mañana a las once de la mañana, así que disfrutaron de la cena con tranquilidad.
Bromearon y coquetearon durante su caminata por el muelle. Regresaron al hotel a las 9 de la noche, subieron a la suite. En el balcón abrieron una botella de chapagne y un paquete de fresas. La vista hacia el río era increíble de noche. La suave música llegaba desde la sala y al poco rato ya estaban probando la refrescante bebida de los labios del otro.
La camisa de Joseph terminó en el suelo junto con la blusa de ___. Ella estaba sentada sobre sus regazo, las fuertes manos recorrían sus piernas y los labios de Joseph se abrían camino entre su cuello. Ella abrió el pantalón de Joseph y levantándose, lo bajó junto con el bóxer por sus piernas. La colocó encima de él y su miembro se perdió debajo de la falda que aún cubría las caderas de ___.
Besándo sus labios, Joseph acarició su cuerpo y pechos aún cubiertos con encaje turquesa. Deslizó las manos por sus piernas y haciendo a un lado el encaje, acarició los suaves pliegues. Tentó la mojada entrada con los dedos y con la otra mano alcanzó el preservativo. ___ lo colocó rápidamente y con una embestida, estuvo profundo dentro de ella. ___ alcanzó con las manos el respaldo del futón y siguió el ritmo que Joseph estableció con las caderas.
Arqueando la espalda, ___ suspiró su nombre y Joseph dejó caer la cabeza entre sus pechos.
–Me vuelve loco que digas mi nombre– dijo Joseph besando su cuello. Se separó un poco para desabrochar el sostén y ___ lo tomó del cabello.
–Besa mi cuello, me encanta que beses mi cuello –inclinó la cabeza para dejarle más espacio expuesto.
Joseph gimió complacido al sentir los escalofríos que la recorrían cuando lamía su deliciosa piel. Minutos después desabrochó la falda de ___ para extender más sus piernas. Mordiendo sus labios, ___ bajó de su regazo e hizo que se sentara en el borde del futón. Luego le dio la espalda y después de dehacerse de sus bragas, colocó ambas piernas por fuera de las de él. Con cuidado, Joseph la ayudó a bajar sobre su hinchado eje y la sostuvo por la cintura. Él abrió un poco las piernas y ___ colocó las manos sobre sus rodillas para deslizarse arriba y abajo. Pegando su espalda contra la de ella, deslizó una mano entre sus piernas e hizo circulitos. Con las manos en su cintura, Joseph empujaba hacia arriba cuando ella bajaba su cuerpo.
–Así, preciosa, así.
___ sentía el cálido aliento de Joseph exhalando en su espalda y cuando sus piernas perdieron fuerza, movió las caderas en deliciosos círculos. Joseph gimió con fuerza contra su esalda y tomó sus pechos para deslizarse con más profundidad en ella. Pronto sintió cómo su centro lo apretaba más y más y mordió su delicada espalda al mismo tiempo que ___ sentía su cuerpo vibrar sin control. Joseph la sostuvo en sus brazos y sintió los espasmos subir por su espalda. Se dejó caer en el futón con ella todavía encima y gimió en su oído.
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Be Mean - Joe Jonas & Tú
Fanfic-Estás tan mojada -gruñó Joseph mientras extendía ambas piernas con las manos. -Desde que te conocí -respondió ____. Un eléctrico encuentro puede cambiarlo todo. Especialmente si no sabes con quién te estás metiendo. La química es innegable y su ca...