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El sol calentaba su piel mientras se aplicaba otra capa de protector solar. ___ volteó hacia Lana y Olivia cuando se acercaron con un par de bebidas en mano y se estiró para ayudarlas.

–¡Ah! Ahora sí, por fin estamos juntas –dijo Olivia con una enorme sonrisa en el rostro.

___ rió y le pasó el bloqueador solar.

–Mira quién lo dice, señorita "soy demasiado cool para Chicago" –se burló Lana– ¿Cuándo fue la última vez que estuviste aquí más de una noche?

–Ay, lo dices como si nunca viniera, tiene menos de dos meses que vine de visita.

–No le hagas caso, Liv, todo el tiempo está diciendo lo feliz que pareces en San Francisco. Solo le gusta ser dramática.

Lana le lanzó una servilleta juguetonamente mientras bebía de su helado vaso.

–También te amo, Lana –___ le guiñó un ojo– Pero no me dejes más tiempo sola con ella, Liv, se pone como loca si no respondes rápido los mensajes.

–Qué tonta –se rió Lana– además con tu nueva entretención ni siquiera te queda tiempo para ver los mensajes.

___ soltó una carcajada.

–¡___! Anoche te lograste escapar a las preguntas pero ahora sí vas a contarme todo, ¿me voy dos meses y ya estás viviendo una apasionante historia en la oficina?

___ seguía riéndose fuerte y negó con la cabeza.

–¡Claro que no!

–¡Claro que sí! –le respondieron sus amigas.

–Lana lo hace sonar mucho más complicado de lo que realmente es, en la oficina claro que no está pasando nada.

–¿Y Detroit, tampoco pasó nada ahí? –preguntó Lana con una enorme sonrisa.

Liv abrió la boca de una manera que la hizo reir incluso más.

–¿Fuiste a Detroit con él?

–Fuimos a Detroit... a trabajar.

La miraron con incredulidad. Liv literalmente volteó los ojos.

–Ajá, está bien, pero primero cuéntame todo, cómo es, cara, cuerpo, manos, voz, ya sabes, todo.

___ negó con la cabeza, una enorme sonrisa mientras decía:

–Dios mío, parecen un par de colegialas.

–Sí, lo que sea, suelta la información –respondió Liv felizmente.

___ repitió la versión que había contado a Lana hace unas semanas sobre la fiesta anual y su primer encuentro en el bar. Describió sus ojos, su sonrisa, sus cinceladas facciones, su tonificado cuerpo y la fuerza de su personalidad. Resumió lo mejor que pudo sus primeras semanas en la oficina y lo bien que se habia integrado al ritmo laboral, su habilidad en las reuniones y finalmente que Henry lo había enviado con ella para conocer la forma de trabajo en el congreso de Detroit.

Cuando insistieron en saber más detalles, ella les dio muy poca información. Amaba a sus amigas, las amaba, pero lo que hacía bajo las sábanas –o en cualquier otro lugar, para el caso– no era algo que compartiera a detalle con ellas. Por supuesto que no iban a creer que no hubiera tenido relaciones con Joseph, la conocían bastante para saber que disfrutaba del sexo sin complejos... pero en cuanto a cómo, dónde y cuántas veces lo hacía, eso prefería dejarlo a su inquieta imaginación.

Lana y Liv parecieron bastante contentas con saber que la había pasado muy bien bailando, cenando y durmiendo alguna noche con Joseph. ___ no estaba segura de qué tan creativas eran sus relaciones sexuales con sus respectivas parejas pero por lo que había escuchado le parecía que sus amigas disfrutaban del sexo de una manera convencional. Claro que habían tenido conversaciones sobre juguetes y objetos sexuales que ayudaban a calentar un poco más el ambiente pero no era como que fuera a decirle a sus amigas "sí, la otra noche tuve sexo frente a una ventana en un club nocturno mientras la gente de la pista nos observaba y fue malditamente excitante", ¿verdad? No estaba segura pero sospechaba fuertemente que esas experiencias no eran tan comunes. Y si también lo hacían, hey, ¿quién demonios era ella para estarlo sabiendo?

En realidad, prefería que sus amigas pensaran que su excitante aventura era solo eso, una aventura, fugaz y excitante. Honestamente, ella misma pensaba que eso describía bastante lo que había pasado entre Joseph y ella. Nada de esto lo pudo haber planeado y era totalmente consciente de que esta aventura solo duraría mientras ambos estuvieran interesados y excitados por el otro. Diablos, ¿quién podía tener suficiente de Joseph Jonas?

Paró sus pensamientos cuando se encaminaron a la sensación de sus grandes manos sobre su piel o su suave aliento en el cuello. Regresó a la conversación con sus amigas y concluyó el tema como si así fuera la realidad, como si su interés hubiera disminuído después de un excitante encuentro con él en Detroit.

–¿Entonces eso es todo? –preguntó Liv.

___ asintió.

–¿Para qué complicarlo? Trabajamos todos los días juntos, fue una buena semana pero eso es todo.

La voz en su cabeza soltó una carcajada. Sí claro, como si realmente pudiera tener suficiente de Joseph Jonas. Como si no quisiera estar en este momento bajo su cuerpo contra la arena, sintiendo su caliente piel fundirse en ella, sus hábiles labios besando y chupando cada fracción de su espalda. Gimió en silencio y bebió el resto de su vaso. Los hielos ya se habían derretido con el calor de los últimos días de verano.

Se sentía feliz de tener a sus amigas con ella, parecía mucho tiempo desde que estuvieron juntas y Lana tenía razón, extrañaban muchísimo a Liv.

–¿Ya decidieron a dónde vamos a ir a bailar esta noche? –les preguntó cuando terminaron de hablar sobre la vida amorosa de Liv con los bronceados hombres de California.

–¡Scarlet! –sugirió Liv.

Todas sonreímos.

–Es noche latina y un amigo de San Francisco es DJ esta noche, tienen que conocerlo.

–¿Noche latina? No necesitas decir más –dijo ___ emocionada.

–Por favor no dejen que me bese con más chicos hoy, mi racha de besar hombres gay empieza a ganarle a los heterosexuales –dijo Lana riendo.

Todas rieron con fuerza.

–El chico con el que te besaste anoche en el bar definitivamente no era gay –dijo Liv.

–Ninguno de los dos que besaste –aclaró ___ y soltaron una carcajada. 

Be Mean - Joe Jonas & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora