Capítulo 1

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    Es una verdad mundialmente conocida que las primeras veces y primeros días suelen ser una mierda. Ya sea porque es tu primer día en la escuela, primer día de la dieta o tu primera vez en lo que sea que hagas, las cosas no siempre son como uno las imagina.

    Como ahora mismo, Jason se encuentra en la estación de trenes, listo para comenzar su primer día como maestro de literatura en Pengrove High, una secundaria privada en Charmin Heinz.

    Todo bien, excepto por el hecho de que llegará tarde al trabajo ya que el tren tiene cinco minutos de retraso, lo cual puede sonar como algo exagerado, pero Jason no es de las personas que llegan tarde.

    Su lema personal, casi como un mantra es ''siempre 20 minutos antes'' y siempre es así, no importa la situación, Jason jamás llega tarde a ningún lugar.

    La estación no esta tan llena como Jason pensó que estaría, al menos no en la dirección que él se dirige. Eso es un alivio, al menos no tendrá que empujar a ninguna de esas personas que se quedan frente a las puertas y no se mueven cuando pide permiso.

    Desearía haber tenido tiempo para comprar un café y se replantea comprar en una máquina, pero esos cafés son tan malos que podrían matarlo, además el tren acaba de llegar.

    Sube al tren y se acomoda en un rincón para continuar con su lectura de A sangre fría de Truman Capote, tiene aproximadamente veinte minutos para leer, antes de tener que tomar el autobús y viajar cerca de diez minutos, hasta finalmente llegar a Pengrove High.

    No es realmente su primer día en la escuela. Ya conoció a algunos de sus compañeros de trabajo, recorrió las instalaciones, estuvo en su oficina y hablo con los directivos, pero dentro de treinta minutos estará parado frente a 25 o 30 adolescentes que podrían comerlo vivo si pudieran.

    La directora Greyson le dijo que no debía tener miedo, que los alumnos de Pengrove High son buenos estudiantes en todos los aspectos. Todos provienen de buenas familias o son becados con excelentes referencias y fueron bien educados. Tienen buenos modales, son respetuosos, tienen buenas calificaciones y siempre están dispuestos aprender.

    Es lógico que dijera eso considerando que no quiere espantar al nuevo maestro que contrataron para reemplazar al señor Dewey, el cual tuvo un extraño accidente en las escaleras del tercer piso un día en que había examen para los alumnos de último año.

    Dijeron que fue un accidente, que ninguno de los alumnos tenía la culpa, pero el señor Dewey aseguraba haber sido empujado por uno de esos ''mocosos endemoniados'' (como les llamaba con cariño, según el subdirector Martin).

    Reconfortante, ¿eh?

    El autobús se tardó menos de tres minutos. Puntos para la puntualidad.

    En este preciso instante, Jason Edwards está parado frente a Pengrove High, oculta entre los gigantescos árboles que las resguardan junto con sus grandes rejas de hierro negras, tres edificios que parecen ser la mezcla perfecta entre lo moderno y lo antiguo, una brillante cúpula, un gigantesco estacionamiento y dos canchas rodeadas por áreas verdes llenas de mesas.

    Camina entre los alumnos que visten sus impecables uniformes, haciéndolo sentir un poco fuera de lugar con su traje de tweed café y su corbata negra. Él ni siquiera sabía que utilizaban uniformes, pensó que sería como en la televisión. Ropa normal y códigos de vestimenta que nadie parece cumplir.

    Los chicos usan pantalones grises de tela, zapatos negros bien lustrados, una camisa blanca, corbata azul cielo, un suéter gris y una americana azul marino con el logo de la escuela.

Just That Girl: Porque amar nunca fue tan prohibido ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora