Capítulo 24

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    El viaje en avión desde Boston fue mucho más cansador de lo que Jason había esperado y es que estuvo respondiendo miles de mensajes de fans, amigos, familia y gente chismosa que solo dedicó a escribir cosas desagradables.

Como si eso no fuera poco, tuvo una videoconferencia con Paul, el padre de Allie y su abuelo, quienes estuvieron despotricando contra el programa y enviando correos como locos a los abogados de la editorial.

El chofer lo dejó en su edificio y lo ayudó a subir su maleta y el bolso de mano, aun cuando Jason le dijo que podía hacerlo solo, pero parece que las instrucciones fueron bastante claras: asegurarse de que esté en su apartamento y no se meta en más problemas con su gran bocota.

Se dispone a sacar todo de su maleta y a ordenar el apartamento para poder mantener la cabeza ocupada en algo que no sea lo ocurrido en el programa.

Al menos algo bueno salió de eso.

Luego de la fiesta de publicación, Jason y Prue prácticamente obligaron a Allie a subir a la van del padre de Alec para ir a dejarla al Hamilton para la cena. Prue se negó a dejarla tomar su auto, aun cuando Allie insistió hasta el cansancio que sí podía manejar y hasta dijo haber conducido el auto de Audrey cuando su amiga estaba completamente drogada y también el auto de Carson la noche anterior, donde tuvo que transportar adolescentes enfiestadas llenas de pintura fluorescente.

—Carson, Audrey y Amelia pueden dar fe de ello. Estaban casi sobrias. Especialmente Carson. No quiere beber desde lo que sucedió con su madre —les dijo con los brazos cruzados.

—Ni siquiera tienen edad para beber —reclamó Jason, sosteniendo la puerta—. No deberían beber hasta que cumplan los veintiuno.

Allie dejó salir una risa.

—No seas hipócrita. Alec dijo que para Año Nuevo tuvieron que echarlos en un taxi porque apenas podían hablar.

—Es cierto, pero al menos somos mayores de edad.

—¿De verdad quieres hablar sobre eso? Porque la edad no pareció importarte cuando me besaste.

—Bueno, bueno, bueno —interrumpió Prue, interponiéndose entre ambos. Miró hacia todos lados con nerviosismo—. Será mejor que nos vayamos. Entren al auto. Los dos —ordenó, prácticamente empujándolos por la puerta.

El viaje fue bastante divertido porque Holden decidió subir el volumen de la música y se las dio de DJ, haciéndolos cantar a todo pulmón.

Finalmente llegaron hasta el Hamilton, donde Allie se despidió de todos con una gran sonrisa y desapareció por la entrada, donde unas chicas se acercaron para saludarla y alagarla por su ropa.

Adam y Holden iban en los asientos de adelante, dejando a Jason y Danna en la segunda fila, mientras que Alec y Prue iban abrazados en la tercera fila de asientos como si el mundo no existiese para ellos.

Ya en el EuroBar, las cosas se salieron de control.

Ni siquiera es como si hubiesen bebido demasiado al igual que en Año Nuevo. De hecho, casi no bebieron porque estaban demasiado ocupados eligiendo cortes de cabello que encontraban en internet para que Prue se los hiciera más tarde.

Así fue como terminaron en el apartamento de Jason con bolsas de compras de un supermercado que abre hasta medianoche y toneladas de comida de Gloria's, donde aprovecharon de probar la efectividad de la idea de Allie sobre abrir durante las noches.

Todos hicieron fila para que Prue les cortara el cabello en la mesa de la cocina siguiendo tutoriales de YouTube. Danna incluso dejó que le tiñera las puntas del cabello de un color rosado que se veía extrañamente bien en ella y Katherine dejó que le cortara el flequillo con unas tijeras para niños.

Just That Girl: Porque amar nunca fue tan prohibido ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora