Capítulo 32

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    Con la toma de los SATs la semana pasada, Allie prácticamente no había tenido tiempo para casi nada más que estudiar y organizar con sus amigos el memorial a nombre de Audrey que harán en la escuela.

Apenas ha podido hablar con su hermana por teléfono luego de que descubriera por Alec que él y Prue estaban un poco distanciados.

Allie trata de llamar a su hermana cuando toma el taxi para volver a casa desde la estación de trenes, pero se encuentra con la sorpresa de que Prue está sentada en los peldaños del porche delantero como si llevara horas esperándola.

El guardia en la entrada abre el portón y la saluda con una sonrisa incómoda.

La pelirroja camina arrastrando los pies por el camino adoquinado que da hasta el porche y se queda de pie frente a su hermana.

—Creí que estabas muy ocupada —le reprocha.

Prue alza la mirada y Allie sabe que algo está mal.

Deja las bolsas en el suelo y se sienta junto a ella.

No puede enojarse con su hermana.

Sabe perfectamente que algo está sucediendo, de lo contrario Prue seguiría con sus clases en Nueva York y no estaría ahí sentada con cara de querer largarse a llorar en cualquier momento.

—¿Qué pasa, Prudence?

Prue se voltea y la abraza con fuerza.

—Lamento haberte mentido durante todo este tiempo. Se supone que somos sinceras la una con la otra y yo no he hecho más que mentirte y ocultarte cosas que deberías saber.

—¿Estás embarazada?

—Dios, no —niega, secándose una lágrima con el dorso de la mano—. Tengo tanto que contarte que ni siquiera sé por dónde empezar.

—Quizás deberías empezar por el principio.

—¡Ay, hermanita! Todo es tan enredado que ni siquiera sé cuál es el principio, pero empezaré por lo que parece más simple —toma su mano y apoya la cabeza en el hombro de su hermanita—. He estado encontrándome con Jonathan desde hace algunos meses. Jason lo sabe y lo obligué a mentirte porque no quería que te enteraras hasta que yo tuviese el valor para decírtelo.

—¿Es por eso que Alec y tú están distanciados?

—¿Has hablado con él? —pregunta con el corazón encogiéndose dentro de su pecho al ver como su hermana asiente—. Alec siguió a Jonathan cuando lo vio en el pueblo para la semana del libro y malinterpretó las cosas. Jason también estaba ahí y Alec pensó que era una especie de complot en su contra.

—Tienes que hablar con él, Prue. Debes decirle la verdad —la aconseja—. Quién sabe lo que realmente pasó por su cabeza cuando los encontró. Estoy segura de que yo habría perdido los estribos. Debe ser complicado para él verte con Jonathan después de todo lo que sucedió.

—Lo sé —asiente, soltando un suspiro—. ¿Y tú? ¿Qué opinas sobre volver a verme con Jonathan?

—No es que mi opinión deba importarte del todo porque eres adulta y puedes tomar tus propias decisiones, pero no sé si me siento cómoda con eso.

—Jonathan nunca te agradó del todo, ¿verdad? Había momentos en los que lo pasábamos bien, pero sé que nunca confiaste completamente en él.

—Era genial cuando íbamos a la casa de campo o cuando jugábamos en la piscina de su casa, pero siempre sentí que era un poco manipulador. Te tenía en la palma de su mano porque confiabas en él.

—Era mi amigo. Claro que confiaba en él.

—Tal vez era demasiado. Hacías todo lo que él quería porque le daban rabietas y querías evitarlo. Escogía los talleres; lo que hacían los fines de semana; las ropas que usabas para que ambos combinaran y podría seguir por horas —abre los ojos para darle énfasis—. No tenías más amigos porque él los alejaba a todos. Estoy segura de que se habría deshecho de mí si no fuese por el hecho de que soy tu hermana.

Just That Girl: Porque amar nunca fue tan prohibido ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora