Capítulo 26

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    San Valentín.

El día del amor y la amistad, abundante color rosado y rojo por todas partes, corazones de cartulina, chocolates, peluches, rosas reales y de plástico, horribles tarjetas con brillantina y canciones con estribillos pegadizos que se repiten en todas las tiendas.

Al menos los moteles sacan cuentas alegres.

Jason suelta un suspiro antes de entrar a la escuela y verse absorbido por el aura de romance que llena los pasillos.

Los alumnos encargados del anuario y del centro de estudiantes decidieron dejar de lado sus obligaciones para tomar el cargo de algo más importante: Entregar las paletas de caramelo con forma de corazones.

Sabrina se acerca cargando un inmenso ramo de rosas rojas y una sonrisa que podría iluminar toda la Costa Este.

—Mira las rosas que me envió Richard —dice, acercándoselas al rostro—. ¡Huelen exquisito! ¡Ew! —chilla cuando Jason suelta un estornudo—. ¿Alergias? —le ofrece un paquete de Kleenex.

—Las rosas son lindas cuando son de plástico porque no me hacen moquear ni me dan sarpullido en el cuerpo.

—Las mantendré lejos de ti. Lo prometo —la joven hace un saludo militar—. Será mejor que te pongas en contexto con el cronograma de hoy.

—Nadie dijo nada sobre eso.

—Es porque no es un cronograma real, pero todos saben que San Valentín hace que todos los estudiantes estén exaltados —emprenden camino hacia la sala de maestros para comer donas con glaseado—. Hay alumnos que tienen permiso para estar fuera de clases entregando las paletas y pueden irrumpir en la clase. Puedes recibir dulces y regalos de los estudiantes, pero no puedes enviarlos.

—¿Tú recibes regalos?

—Claro que sí. Carson, Audrey y Allie se encargan de enviar paletas de caramelo a todo el mundo. Miembros del staff, la directora y sus compañeros. Incluso escriben mensajes personalizados.

—¿Por qué gastar tanto tiempo y dinero? —da un mordisco a una dona.

—Porque así todos reciben algo en San Valentín. Imagínate que todos reciban un regalo menos tú o que canten feliz cumpleaños a todos los niños y a ti no.

—Sabrina, mi cumpleaños es durante las vacaciones de verano. Esa es la historia de mi vida —le guiña un ojo—. Pero entiendo el punto. No quieren que nadie se sienta desplazado.

El señor Vance ocupa la silla al otro lado y les entrega un plato con tarta de cereza a cada uno.

—Mi esposa hizo tarta para todos —explica, entregándoles los cubiertos—. ¿Tienen planes para hoy o van a esperar hasta el fin de semana? Odio cuando San Valentín cae en medio de la semana.

—Podría ser peor —dice Jason—. Al menos es miércoles y no lunes.

—Oh, hombre. Odio los lunes —niega Vance—. ¿Entonces? —mueve las cejas con picardía—. ¿Tienen planes o se la van a pasar en el sofá?

—Saldré con unas amigas —cuenta Sabrina, emocionada—. Richard está de turno así que saldremos el fin de semana. ¿Qué hay de ti, Jason? ¿Tienes planes con Prue?

Jason infla las mejillas.

—No. Prue y yo decidimos dejarlo y seguimos siendo tan amigos como siempre.

—Entonces vas a pedir comida y te dormirás temprano —deduce Vance.

—¿Saben? Me sorprende lo rápidos que son para sacar conclusiones equivocadas —Jason rueda los ojos, arrebatándoles los platos—. Estaré ayudando en la organización de la noche de poesía romántica de hoy en Elizabethtown. Están más que invitados a asistir y-

Just That Girl: Porque amar nunca fue tan prohibido ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora