Tu mirada en mi [Libro 1]

C A P I T U L O 17

—¿Estas cansada?— Asentí con la respiración agitada.— ¿Otra ronda?

—Negué.— Me duelen mucho las piernas.

—El rió.— Para eso calentamos.

—Pero como quiera me duelen. Descansemos un rato. Estamos bailando desde las 7 de la mañana y ya son la 1 de la tarde.

Hobi se sentó frente a mi cruzando sus piernas y me miró extrañado.

—¿Que pasa? Tú no te cansas tan rápido. Tú puedes bailar todo el día y no te cansas. ¿Qué pasa contigo?

—Solté un suspiro.— No he dormido nada. Llevo más de 24 horas despierta.

—Tocó mi frente con una de sus manos.— Tienes la frente caliente.— Dijo en un tono preocupado.

—Estuvimos bailando y estoy sudada. Es más que obvio.

—No creo que sea por eso.

—Hobi, de verdad estoy bien. No te asustes, solecito.

—El sonrió.— Bueno al menos vamos a comer algo.

—No hace falta.— Dijo Tae apareciendo con unas bolsas.— Yo les traje comida. Por cierto, estuvieron geniales. ¿Esa es la coreografía de Mic Drop?

—Si. Hicimos dos versiones.— Habló J hope mientras se secaba el sudor con una toalla.

—Les quedó genial.— De las bolsas sacó unos platos de comida.— Sabía que iban a tener hambre así que al salir de la casa fui a comprar comida y vine para acá.

—Gamsahabnida Tae.— Dijo Hobi. Yo lo miré confundida.— Significa gracias.

—Oh. Pues lo que dijo Hoseok.

Los dos rieron.

Abrí mi comida y sonreí al ver lo que Tae me había traído.

—Te traje pasta y carne, ya que.... Pues.... Se que no te gustan los mariscos.

No puedo creer que hasta eso sepa.

—Mas te vale que no sean mariscos o te mataré.— Hoseok y él soltaron una carcajada. 

Estuvimos hablando sobre los planes que ellos tienen para la gira y sobre cosas que tienen planeado hacer. Ellos están entusiasmados, ya que es la primera vez que viajan con una chica en el grupo. Me sentí feliz, ya que ellos me consideran el 8vo miembro del grupo.

Hobi dijo que iba a ir un momento a hablar con Bang PD, así que me quedé sola con Tae.

Lo cual me puso nerviosa y más por lo que está pasando.

Me quedé callada mientras comía. Él me miraba comer y eso me incomodaba más.

—¿Como estas?— Fruncí el ceño.— Después.... De lo de ayer.— Aclaró.

—Mucho mejor, gracias.— La verdad era que en estos momentos me sentía débil pero no le iba a decir eso.— Estoy perfecta.

—Deja de mentir. Se que no estás bien.

—Estoy bien.— Mentí.

—Bien mal. T/N, se que no te gusta llorar frente a las personas porque te sientes débil. De hecho, odias llorar. Ayer estabas demasiado cargada y no podías más con las cosas y por eso explotaste y no tuviste otro remedio más que llorar frente a mi.— No dije nada. Solo me quedé callada sin mirarlo. El puso una de sus manos en mi mejilla haciendo que lo mirara.— Y me sentí especial porque pude estar ahí para ti. Pude verte llorar por primera vez sabiendo que no dejas que nadie te vea así y aun así cuando te abracé tú correspondiste. Podías haberte alejado, empujarme o reclamarme por haberte abrazado, pero te quedaste ahí abrazada a mi.