C A P I T U L O 20 (segunda parte)

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La luz del sol entró por mi ventana dando directamente a mis ojos haciendo que yo suelte un quejido.

Joder, la cabeza me duele. Siento como si tuviera el corazón en la frente. Me levanté con los ojos entre cerrados y miré a mi alrededor.

Estoy en mi cuarto.

¿Qué pasó ayer?

Cuando lo sepas te arrepentirás.

Me levanté de la cama aún con dolor de cabeza y me dirigí hacia el baño. Me miré en el gran espejo del baño y ¡Dios! Me veía horrible.

Tengo o tuve una gran resaca.

El delineador estaba regado por toda mi cara y el labial ni se diga.

Menos mal que mi pelo es lacio y se pone en orden solito.

Entré a la ducha y me quedé bajo el agua fría unos minutos. Me lavé mucho la cara para sacar todo el maquillaje que tenía.

No me gusta beber por dos cosas. La primera, por esto mismo, me emborracho fácilmente y al otro día no soporto el dolor de cabeza. Segundo, me vuelvo el triple de sincera de lo que suelo ser, todo lo que diga solo serán verdades, y verdades, y una tras otra.

¿Que habré hecho ayer?

Escuché mi celular, el cual estaba en mi cuarto. Salí de prisa de la bañera y me envolví la toalla al rededor de mi cuerpo como pude. Salí del baño y busqué mi celular por la habitación, al final, lo encontré tirado en el piso. Contesté sin ver quien era, ya que el sonido del celular me molestaba por el dolor que tenía.

¿Que carajos hacia mi celular en el piso?

—Hola.

—¿Como estás después de la resaca?

Miré la pantalla de mi celular con los ojos entrecerrados y era Grismarie.

—Me duele mucho la cabeza.

—Era de esperarse. Bebiste alcohol de todo tipo.

—Y tú que me dejas.— Puse el celular en alta voz para buscar la ropa y vestirme.

—¿Y te bebiste algo para el dolor?

—No, me di una ducha primero.

—Vale. ¿Y como te fue con Tae?

Me detuve justamente cuando me estaba poniendo la camisa.

—¿Tae?

—Si. ¿No te acuerdas?

—Grisma, en estos momentos no me acuerdo ni de mi nombre.

—Pues te refrescaré la memoria. Ayer en el bar me dijiste que querías ver a Tae para decirle que tú también sientes lo mismo por el y que lo quieres. Me hiciste llamar a Tae, que por cierto eran las 12 de la mañana y el pobre estaba dormido. Le dije que lo querías ver y como tú eres su amada, no se negó. Por lo tanto, él llegó a tu casa y te dejé con él como así lo quisiste. Ah y por cierto, te llamas T/N, por si las moscas.

Alguien que me aguante que me caigo.

Te dije que te ibas arrepentir.

¿Por que tuve que beber?

Pero si Tae se quedó conmigo, entonces. ¿Donde está? Bueno, a lo mejor me dejó aquí y se fue.

O a lo mejor sigue aquí.

Tu mirada en mi  [Libro 1]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora