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Jess


Mirar departamentos era más exhausto que probarte ropa, recorrí la ciudad de Norte a Sur, pero eso no había sido muy inteligente porque la estación y la academia estaban en el centro. En el centro encontré un departamento precioso y estaba tan solo a unos 20 minutos a pie. El departamento era perfecto, la cocina y la estancia eran amplias, en la sala había unos grandes ventanales y tenía tres habitaciones, en un momento pensé que uno de dos sería suficiente, pero después pensé que Dean tenía hijos y dependiendo como acabase su separación seguramente algunos días estarían con él, así que tres habitaciones lo vi como una buena oportunidad. Además la renta era baja, no era una ganga pero estaba económico. El arrendatario me dijo que podíamos ocuparlo en ese mismo momento así que hice el primer pago y la renta extra que siempre te pide. Dean me mandó un mensaje por la tarde avisándome que sí llegaría a cenar, así que después de sacar las copias de las llaves, me fui directo al super mercado y compré todo lo necesario para hacer hamburguesas rellenas de queso, tomé un six de Coca Colas de cereza y fui a casa de mi hermano a preparar la cena.


Cameron me avisó que volvería tarde porque estaban recibiendo muchos pacientes en el hospital debido a una campaña de vacunación gratuita que hizo Abril así que me puse mi babero a juego con Cam y cociné toda la tarde. Al terminar subí rápido a ducharme y arreglarme, después de todo era algo que debíamos festejar.


Y así fue como las siete de la tarde se convirtieron en las doce de la noche y la única alma que había en el departamento era yo, al menos que hubiera fantasmas los cuáles yo no tenía el don de ver, llamé a Dean cada media hora y cada media hora su celular mandaba a buzón directo, estaba apagado. Quizá la noche con su gemelo se había descontrolado y estaban divirtiéndose o ya estaban en la estación policial por haber hecho algún daño a la ciudad mientras estaban borrachos, no lo sé. Supongo habría una explicación y me la daría luego.

 
Me fui a cambiar por algo más cómodo y cuando me dispuse a levantar el comedor y parte de la cocina, Cameron y Abril entraron. —Espero eso sea para nosotros —Cam me miró con su típica sonrisa traviesa.
—Por supuesto, ¿Para quién más sería?

—No lo sé.

—Pues Jesús, es para ustedes, voy a calentarles y eso. ¿Cómo les fue? —grité desde la cocina.
Abril se recargó en el marco de la puerta. —Muy bien, fueron muchos niños —no veía su cara porque estaba volteando la carne pero estaba imaginando su carita de ilusión como cada que hacía algo para el hospital.

—Me da gusto, ¿Muchos niños llorones?

—Demasiados —terció Cam.

—Ahorita me cuentan bien mientras cenan casi desayunan, siéntense.

Claramente me hicieron caso y se sentaron a cenar. —Te quedó delicioso —Abril me sonrió.


Aquí comenzó la plática donde me explicaron que vacunas estaban poniendo, decían cosas como vacunas para la difteria, tétanos y tosferina que según Cam se llamaba DTP, yo le veía más sentido a que se llamase DTT, algo para la influenza tipo no se qué y esas cosas, yo no tenía hijos... Quizá... quizá sí la vida no fuera tan mierda ya lo sabría o quizá lo entendería en unos años, pero se supone es improbable ¿No?, suspiré y nuevamente aquellos sentimientos de tristeza y soledad se arremolinaron en mi mente. —Me da gusto que les haya ido bien... Ya conseguí departamento —intenté mantener normal el tono de mi voz.


—¿Nos abandonas? —Abril me miró.

—Ya lo habíamos hablado —intenté sonreír.

—Bueno, podemos ayudarte con la mudanza —Abril recogió los platos.

Love on fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora