Love on fire

27

Dean

Tomar una decisión que literalmente cambiaría todo mi futuro, no es nada fácil.

Finalmente conseguí el cigarrillo que necesitaba hace unos días, sin embargo no pude llevarmelo a la boca al recordar que fue gracias a Faith y su primer embarazo que dejé de fumar.

Para algunos la decisión es simplemente sencilla... ¿Porqué dejarías a la mujer que te ha acompañado durante un tercio de tu vida por una mujer que... Después de todo solo era algo carnal? Todo depende de la forma en la que se miré.

Si mirara hacia atrás en esta jodida historia me daría cuenta de que Jess fue mucho más que eso... De hecho, joder lo es. Se preocupó por mi, no me dejó en la calle... Me presentó a su familia, se dio una oportunidad de volver a amar a pesar de sus traumas y su propia mierda.Pero...

—Me preocupas...—Volteó Faith quien estaba de espaldas a mi las sábanas de nuestra cama se arrugaron y se acercó con sutileza.

—¿Preocuparte de qué, cariño?

—Estabas en la luna –Sus ojos verdes buscaron los míos

—Tengo... Muchas cosas en la cabeza

—¿Aún? —Comenzó a acariciar mi cabello más largo de lo habitual.

Suspiré y la miré, sus largas pestañas son jodidamente perfectas.

No respondí y me acurruqué en su mano mientras la admiraba.Es tan hermosa... Que no merece esto y sé muy bien que es lo correcto... Es tan malditamente buena con su maldito mal carácter con estos mates de ternura... Que por eso me casé y... No le debo mentir.

—Te amo —Solté y no mentí —¿Sabes eso? Siempre te amaré

—Es la primera vez que lo dices desde que volviste —Se sonrojó y sonrió

Mi corazón dió un vuelco.
No lo va comprender.

No me va entender.

La amo.

No me quiero ir.... Pero tampoco me quiero quedar.

—Faith—La tomé de la cintura y aproveché el calor de su cuerpo, quizá jamás podré volver a tenerla así...

¿Esto es lo que quiero? ¿Quiero irme con Jess?

—Dean —Soltó ella—¿Qué pasa?

Te amo... La amo...No quiero perderlos... Pero no puedo perderla... Me siento como una mierda...No puedo seguirle mintiendo.

... —La vi.

Todos los músculos de su cuerpo se tensaron, la tomé con ligera fuerza antes de que saliera corriendo y tirando maldiciones.

—Suéltame —Ordenó de forma severa

–No, escúchame

—No tengo una mierda que escuchar

—Escúchame por una puta vez en tu vida

—¡Suéltame!—Comenzó a forcejear

—No —Mi corazón latía jodidamente fuerte.

—¿Te acostaste con ella?

—Jesús, no.

—Maldición. Sólo hablamos.

—¿De qué mierda tienes que hablar con ella? ¿Quién es en primer jodido lugar?

—Te lo contaré todo si tan solo me jodido escuchas ¿Si?

—No –Intentó empujarme y luego me miró como una furia...

—¿Para qué mierda dices que me amas si la ves a ella? No te entiendo