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Jess

Después de volver a casa, los días transcurrieron con normalidad. Todo en la casa funcionaba bastante bien, él y yo funcionábamos bien juntos. O eso creía yo.

—He estado pensando que... Iré a la casa por los niños para presentártelos. Antes debo hablar con Faith, pero... Sí.

Me miró mientras jugaba con el desayuno recién servido que se encontraba en la isla de la cocina. Yo era consciente de que Faith no sabía de mi existencia, después de todo que una persona esté apunto de divorciarse y tenga un amorío, solo puede complicar las cosas, pero según lo que Dean me había dicho, ya era solo cuestión de arreglar un papeleo y sería totalmente libre para poder hacer lo nuestro totalmente público.

Y la idea de conocer a sus hijos me atemorizaba, después de todo sería la madrastra. Claramente no sería la madrastra de Cenicienta, pero seguramente ellos me verían de tal manera. 

—Oh... que nervios —lo miré— Arreglaré la casa para ellos —empecé a caminar por la estancia— ¿Qué les gusta?

Dean me detuvo de la mano y rio ligeramente. —Tranquila, trompo. No dije que hoy —depositó un pequeño beso en mi frente— Antes debo mencionarle a Faith lo nuestro... Me refiero, que estoy en una relación y probablemente peleemos que no quiera, que los traiga —me miró.

Asentí de forma comprensiva. —Yo lo sé pero si todo sale bien —lo miré con verdadera ilusión, obviamente sus hijos eran importantes en su vida y también lo serían para mí— Y son tus bebés.

Me miró con una sonrisa en los labios. —Mis bebés —me acercó ligeramente a él y depositó un pequeño beso en mis labios. —Me voy para no llegar tan tarde y de una vez arreglar las cosas.

—Con cuidado por favor, avísame cuando llegues.

Asintió y salió de la casa. 

En cuanto se fue yo salí corriendo a la plaza más cercana, solamente teníamos las camas de los niños. Sabía que a Holland le gustaba el fútbol y para mi magnífica suerte a Hada el ballet. Me dispuse a comprar cuanta cosa encontraba: juguetes, cobertores de fútbol y bailarinas, un balón, unas zapatillas y maillots para Hada, un par de mesas de noche y una lámpara que proyectaba diversas figuras en la habitación. Volví a casa y comencé a acomodar todo, Dean era perspicaz y probablemente mañana a medio día los niños estarían aquí, saqué recetas de cosas deliciosas para cocinarles, de alguna manera tenía que lograr agradarles. Tuve el corazón al mil por hora a cada instante, la ilusión y los nervios fueron mi mejor compañía durante cada hora.


***🔥***


Dean

El camino a la casa de mi ex se sintió un poco más largo de lo habitual, ni siquiera sé si Faith estará en casa, pero no debo alargar esto más de lo debido.Al entrar en casa, sé que los niños no estarán en ella ya que están en la escuela y es conveniente para lo que tengo que tratar. Subo las viejas escaleras de madera y su crujir me trae recuerdos y nostalgia. Al igual que las fotos que aún permanecen en las paredes. Después de dar un recorrido por la casa me di cuenta que estaba solo. Seguramente Faith estará trabajando, aunque según yo es su día libre, si las cosas no han cambiado demasiado. Mientras empaco el resto de mis cosas después de una media hora, el chirrido de la puerta anuncia que ha llegado alguien. Bajo las escaleras rápidamente para encontrarme con Faith, con ropa deportiva y su rojizo cabello desordenado sosteniendo la bolsa de compras.Ella da un sobresalto al verme.

—Santa mierda, Dean. Me vas a matar del susto 

—Lo siento Faith —Reí leve por su reacción.

—No era mi intención. 

—No pasa nada, pero —Frunció el ceño— ¿Qué haces aquí?

Tomé la bolsa de sus manos y antes de que objetara la llevé a la cocina. —Tenemos muchas cosas que hablar.

—No veo de qué.

Acomodé la bolsa en la encimera y me senté en una de las sillas de la isla de forma relajada

.—Del divorcio, cariño.

Arqueó las cejas, sus ojos verdes mirándome con sorpresa como si le estuviera hablando de un tema nuevo.

—He estado ocupada con el trabajo, por eso no he empezado a procesarlo.

—No te preocupes, puedo hacerlo yo.

Frunció el ceño —Antes no querías ni hablar del tema y ahora ¿Vas a procesarlo tú?

—Las cosas cambian.

—No el amor.

La miré con algo de confusión. —Lo siento pero eres quien jodidamente me dejó Faith, no me vengas con eso cuando te sufrí como la mierda.

—Digo que tienes razones para pedirme esto más allá de que de repente no me amas.

—Tienes razón —Asentí—Hay más razones.

—¿Me puedes decir cuales?

—A eso vine —Me aparté el cabello de la cara.

—¿Y bien?

—Conocí a alguien más.

Hubo un silencio. Un momento de shock y después golpes en mi pecho, sus pequeñas manos atacándome con fuerza.

—¡Ni siquiera esperaste a qué nos divorciáramos!

—Faith, no. Jamás me hubiera metido con otra estando contigo, te respetaba, te amaba—detuve sus manos y ella me miró con rabia. —Y jamás te habría dejado porque "conocí a alguien más".

—¿Entonces porque mierda dices eso?

—¡Porqué tú me dejaste hace meses, solo, sin posibilidades de recuperarte, te sufrí, me dolió, pero esto no es que te cambie por alguien porque no estabas ahí para cambiarte, no te engañé!

Se soltó de mi respirando agitada, no me miró por un minuto entero y después me encaró.—¿Quién es?

—Se llama Jess... 

—¿Vives con ella?

Me encogí en mi espacio y simplemente asentí.

—Quiero hacer las cosas bien con ella.

—¿Y aún me amas?

Mierda.—No me hagas responder eso, Faith, por favor.

—Sólo responde.

Suspiré. Aunque amo a Jess y de verdad la valoro, aún siento algo por ella. Si eso la hace sentir mejor, le daré la satisfacción de saberlo.—Sí, Faith, aún te amo... Una parte de mí siempre lo hará, pero me dejaste, soy un cabrón para ti ¿Recuerdas? Y esto es en serio.

Me tomó de las mejillas y no pude con mi sorpresa.—Vuelve a casa.

—¿Qué?

—Vuelve a casa, podemos olvidar esto.

—Faith...no... Yo...

—Vuelve a casa y todo será como antes, Dean. Tú, yo, los niños. Nuestra familia...

—¿Pero... me estás perdonando justo ahora?

—Te lo estoy proponiendo.

Mierda, mierda, mierda. Esto no lo esperaba. —De verdad estoy teniendo algo serio con ella...

—Olvídala, no llevas más que unos pocos meses con ella, no puede significar mas que nosotros ¿O si?

No supe que responder, ni que pensar. Mi jodida mente tuvo un derrame.

—Piénsalo ¿Si? —dio un beso en mi mejilla mientras seguía paralizado.—Tienes la oportunidad.


Love on fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora