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Dean

Un toc, toc en la puerta me hizo levantarme de la cama.



—¿Podemos hablar? —La voz de Faith me hizo eco y me levanté a abrirle la puerta.
—Claro, pasa.
Le di espacio y ella entró. Tenía puesta otra camiseta larga de pijama y tenía el cabello suelto para variar, dió un par de pasos y se sentó en la cama, palmeó un par de veces el colchón e hizo ademán de que me sentara, cosa que hice para después suspirar.


—Lamento lo que Holland te dijo...
—No tendrías porque disculparte.
—Lo sé, pero lo que te dijo es muy jodido de escuchar.


La miré, sus ojos verdes se encontraron con los míos de forma cálida y puso su mano sobre la mía.


—¿Hablaste con Holland?—Pregunté
—Sí...
—¿Y está bien?
—Lo estará, por ahora lo dejé dormido en su cuarto.
Asentí y ella dudó por un momento antes de continuar —Me dijo que éstas hablando con abogados


Me hundí internamente pero asentí, quizá este era el momento que necesitaba para abrirme con ella y hacer las cosas bien.


Tan sólo me siento como una mierda y es ahora o nunca, ¿No?
—¿Estás dispuesta a escucharme ya?—Dudé
—Sí
—Estoy hablando con los abogados por que temo que te encabrones tanto conmigo que los lleves lejos y los alejes de mi por siempre.
Asintió, dejándome continuar mientras acariciaba mi mano con el pulgar.
—Yo... Te amo. Te amé 10 años de mi vida y te amaré hasta el día de mi muerte... Sé que fui un cabrón contigo, que mis celos lo jodieron todo y que tenías derecho a dejarme cuando lo hiciste. Verdaderamente quería volver contigo, quería tenerte así de cerca, Dios, me moría por tan sólo sentir tu olor... Pero cuando decidiste que se acabara... Me sentí solo y como una mierda, insistí por 5 meses sin voltear a ver a nadie ni para joder, y cuando lo creía todo perdido apareció ella, me recogió de la mierda en la que me encontraba, vivía en la maldita estación y tomaba los fines de semana solo porque sentía que me moría si no estaba contigo, la conocí cuando pasé mi primera navidad sin ustedes y todo fue tan mierda... Hasta que apareció—La miré y ella apartó la mirada, sin embargo no soltó mi mano así que continué—No quise que fuese nada más que algo casual, un polvo que no vuelves a ver y ya. Pero ella malditamente se esforzó por tenerme, quererme y... A pesar de eso aún trataba de volver contigo, cuando me dijiste que no existía ninguna posibilidad estaba rendido sobre nosotros, decidí darme una oportunidad con ella y así fue por un tiempo hasta que de la nada decidiste volver y aún así te elegí, a ti y a nuestra familia, le hice muchísimo daño dándole todo y luego quitándoselo porque te quería a ti o eso creía... Pero no lo logro, no logro sacarla de mi. No me siento feliz y no siento que tú lo seas, lloras, peleamos y me odias, los niños resienten lo que nos pasa y te amo pero no puedo más con esto. Quiero que seamos felices y ya juntos no lo logramos y joder, de verdad lo siento.


Por un momento hubo un silencio perturbador, sentía el aire pesado en mis pulmones.


—Te enamoraste, lo entiendo—Respondió y me miró.
—Lo siento mucho...
—Sólo... No entiendo porque dices que todavía me amas a mi.
Reflexioné por un momento, me hice esa pregunta todos los días así que respondí.
—Porqué aunque ya no funcionemos el amor y el cariño aún existen, siempre vas a tener un lugar en mi jodido corazón.
Asintió, intentando comprender y luego puso su mano sobre mi rostro.
—Te amo pero no voy a atarte en un lugar en el que ya no eres feliz —Susurró y sus palabras me sorprendieron.
La miré a los ojos y una ola de sensaciones me recorrió.—Lo siento mucho Faith...
—No lo sientas, yo te orillé a eso hasta cierto punto... No ibas a estar solo por la eternidad y mi mal trato aunque justificado no ayudaba ¿No?—Sonrió ligeramente.


No supe que decir y mi mano viajó hacia su rostro delicado, se acurrucó contra mi de una forma sumamente tierna y supe lo que esto era.La despedida.


—¿Estás de acuerdo entonces?
—¿Con el divorcio? Supongo que sí... Tenemos muchas cosas que ver pero... Supongo será lo mejor para todos.
—¿No vas a huir lejos con los niños?
—A pesar de todo, no te haría eso por mucho que hable mierda cuando estoy molesta.
—Gracias —Susurré
—¿Cómo se llama?—Preguntó
—Jessica
Asintió —¿Y a qué se dedica?
—Bailarina...
Arqueó una ceja y me precipité —De ballet, joder no stripper o una mierda así —Respondí rápidamente y ella rió
—Si lo fuera no me sorprendería
—¿Qué me crees?
—Un cabrón
—Culpable —Sonreí ligeramente y jugué con nuestras manos.
Por un momento reinó el silencio, y la expresión de Faith cambió, se mordió el labio como si acabara de decidir algo.
—¿Podemos fingir que no existe otra en tu corazón por un momento?
—Podemos hacer todo lo que tú quieras —La miré—Haré algo egoísta si respondes eso.
—Siempre hemos sido así ¿No?
—Mañana... Mañana iremos y haremos toda la mierda que debamos—Se acercó con duda a mi —Con abogados y eso
—¿Pero?
—Pero hoy haré esto.

Unió sus labios a los míos en un tierno pero doloroso beso, por alguna razón Jess no apareció en mi mente y sabía el porqué. Esta era la despedida de la mujer que amé por más de una década si contamos nuestro noviazgo, ella estaba siendo tan jodidamente tierna y comprensiva dejando de lado todo por el bien de los demás, por mi bien e incluso el de Jessica, que era imposible sentirme culpable respecto a esto.

Yo lo quería e incluso lo necesitaba...

Así que la tomé por la cintura y profundice más el beso, sus labios me sabían a dolor, añoranza, tristeza y ternura, dejé que el calor de sus caricias llenará mi cuerpo y me dejé llevar para poder darnos un último adiós.

Love on fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora