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Hans se reunió con Pete en la sala de juegos después de comer. Caminar se le hacía especialmente incómodo. Podía notar cómo algunos reos lo miraban a él y a Sabino de soslayo. Estaban olfateando debilidad. Ambos sabían perfectamente que llamaban la atención y eso no era bueno. Incluso Pete El Loco está consiente de ello.

—Te van a moler a golpes en cualquier momento, lo sabes ¿no? —le dijo Pete a Hans sin nada de secretismo.

—Tristemente, lo sé —afirmó el alemán.

—¿Se puede saber por qué el gran Hans, el tipo grande y duro de la cárcel anda por ahí caminando como pato? —se aventuró a preguntar Pete, intuyendo ya la respuesta.

—Estoy pasando... dificultades... —Hans apuntó con el dedo a la insignia de "El buen chico" prendada del pecho—. No me trates mal como va a hacer el resto. Ten... piedad.

Pete El Loco acercó a Hans un cuaderno  y un crayón. Los tres se sentaron en una mesa, mirándose las caras y Garabateando el papel.

"Estoy jugándome el cuello contra Almodoba", escribió el Alemán.

"Una apuesta? Qué quiere esa mujer? Bajarte el autoestima?" Respondió El Loco

"No sé que hacer. Me echó a los perros" rebatió Hans.

"¿Y por eso estás hablando como un ser humano decente para variar?"

"¿Se nota mucho?"

"No pareces tú mismo. Si no es por el acento extranjero, quien te viera no te conoce"

"No es fácil lo que me pide que haga. Pero tengo buenas noticias"

"DIMELAS" anotó Pete en mayúsculas con urgencia.

"La bruja me dio un llave roja. Puedo salir del país de las maravillas"

"¿Cuál es la trampa?" preguntó Pete "siempre la hay"

"Creo que debo matar a alguien"

"Estás de coña"

"Debo infectar a alguien" corrigió Hans

Hans se sacó la jeringa del bolsillo levemente para que los ojos de Pete pudieran verla y se le metió la guardó de nuevo rápidamente.

"¿qué tiene esa cosa?" preguntó Pete

"No sé.  Tengo la misión, pero no los detalles"

"A quién vas apuñalar con eso?"

"No te gustará la respuesta"

"Soy un niño grande. Puedo manejarlo"

"ES JEFE"

"BROMEAS!"

"¿Sigues pensando que eres niño grande?"

"No. Ya no" escribió Pete.

"Peter. Debo meterle esta cosa en las venas a Jefe o perdemos nuestra salida. Me estoy jugando la llave roja"

"También te estás jugando la vida, hombre"  le recordó.

"Prestame atención" Hans pasó la hoja de la libreta a un nueva "hoy mismo buscaré el cuarto de los remedios, seguro que ahí hay un antídoto"

ENTRE BARROTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora